Episodio XVIII: Sidney - Australia

LAS AGUAS DEL SOL

De Auckland a Sydney - Australia

La energía que tras nuestras espaldas transportábamos desde Auckland, en la isla norte de Nueva Zelanda, ingresó al continente anaranjado por la Bahía de Sydney. Este tramo significó una gran depresión de nuestro proceso. Ustedes podían ver que en nuestras fotos, los rostros se veían cansados, agotados de este camino. Esta sensación era completamente real. Más allá de que siguen nuestro camino como si fuésemos sabios enseñando sobre él, deben recordar que no somos más que adolescentes, o individuos que nos lanzamos a un recorrido que muy probablemente cambiaría nuestras vidas, y… se pusieron a pensar en qué harían si sus vidas están siendo puestas a prueba, en medio de vuelos, traslados, responsabilidades en movimiento…? es realmente complicado.

Al menos para mí, Matías, ambas ciudades fueron cachetadas, palizas en mi rostro, de las cuales una fue física, el día en que estando en Auckland, sin ninguna lógica humana, un Maorí se me acercó y me dio una trompada entre la mandíbula y el cuello: “Reaccciona” fue la voz que le siguió a eso, internamente, y Sydney iba a hacer que lo haga.

Un dolor en mis riñones me trajo una depresión inminente que no me permitía levantarme y seguir. Todos nos vimos afectados por esta sensación. La energía del lugar, nos estaba diciendo que era necesario dejar cosas, liberarnos de conceptos, descansar y recordar cuál era la verdadera prioridad del viaje. Estábamos acercándonos al ombligo del Sacro, y no podíamos llegar allí con las emociones más bajas que nos obsequió la tierra de la Regeneración.

Sydney logró ayudarme, ayudarnos, a comprender, que era necesario reconocernos como simples humanos en un proceso terrestre, que necesitaban descansar, necesitaban apoyo, pero sobre todo individualidad, escucharse a uno mismo. Nos recordó la Creación que nace de la Destrucción, y era inminente que nos estábamos destruyendo para poder crearnos.

Mensaje de los de Arriba

Al verme en esta situación, me fui solo al parque, por donde vuelan cientos de Zorros Voladores y Cacatúas Blancas, y al atardecer, sin encontrar respuestas, mis guías me dicen que mire el sol. Cuando veo sus rayos, noto cómo la luz me atravesaba, y podía ver los colores de arcoíris ingresar en mi piel, en mis células… y entonces comprendí una parte importante de todo esto.

Personalmente, desde pequeño me afectaron emocionalmente y a todo mi ser los eclipses y las tormentas solares, al punto de ponerme los dedos y uñas de color azul, y entrar en estados febriles. Ese día, en Sydney, fue cuando se declaró el grado 3 de Tormenta Solar que afectaría a India, China, Australia… y mis guías me dijeron: estás viviendo en pequeño, lo que la humanidad vivirá en grande. Vi ahí la importancia de purgar y liberar todos los dolores, en mi caso, sentía tristeza y angustia por cosas que ni entendía, y todo salió afuera en esos días. La cantidad de fotones enviados al planeta remueven nuestro sistema interno, lo que hace que todo lo impuro surja fuera, y si no tenemos conciencia de esto, la gente sensible a los cambios, en el 2013 puede vivir procesos demasiado fuertes. Me dijeron también: ahora que viste el sol, sumérgete en las aguas. Encontré una piscina, y me sumergí allí todo lo que pude, liberando todas las toxinas de mi ser. Debajo del agua escuché un mensaje llamativo para mí… me dijeron:

“…Recuerda la importancia de esta tierra, pues es aquí desde donde sale Ghan…”

Me acordé en ese momento, que uno de los trenes que atraviesa el desierto australiano, uno de los recorridos más largo del mundo, se llama El Ghan… y ese mensaje fue muy significativo para mí… dejaba parte de mí en esta trasmutación, y comenzaba a dar paso a mi YO como ser.

Estamos en los riñones, el símbolo del Agua que nos trasmuta y purga, si no sabemos usar su poder, la luz nos sacudirá y sacará de nosotros los secretos más densos que poseemos en el interior, generando un gran lio…

Por eso la moraleja fue, que si queremos recibir correctamente la vibración del sol, debemos ayudarnos con el agua y ser conscientes de la trasmutación que ambos elementos nos ofrecen en este tiempo.

 ¡SUMÉRJANSE!