martes, 10 de abril de 2012

Episodio XXII: Japón


El Imperio del Sol Naciente

-MÁS QUE UNA MARCA-

El viaje a Sumatra fue sorpresivo, así como el hecho de que no sabíamos hasta dónde podíamos llegar si íbamos a Japón.
El sueño de Maga con respecto a las aguas de Baikal, fue muy fuerte para los cuatro, y creímos que era necesario abandonar el más lejano oriente, y disponernos a ingresar directamente a Tibet, camino a Siberia. Pero sorpresivamente, Japón fue inevitable.
Es uno de los países más caros del mundo, y nuestro agente, Jordi, ya había pagado todo… no ir era un desperdicio en el camino. Además, comenzamos a observar que nuestro llamado de ayuda, había sido bien escuchado, y gracias al apoyo de la gente que sigue el camino, pudimos seguir sin problemas.
Como en todos los sitios, no sabíamos muy bien qué nos llevaba a Japón, pero estábamos seguros de que si estaba en el camino, es porque algo importante había allí que descubrir.

- Llegada a Tokio -


Primera Impresión

Al llegar a Japón algo nos sorprendió: todo nos recordaba a los años 50 o 60. Parecía que uno de los países más avanzamos del mundo, no había evolucionado tanto en tantos otros aspectos.
La gente era muy amable, pero distante, y muy pocos sabían comunicarse en inglés. Cientos de personas con barbijos fue lo más impactante, hasta incluso venderse con bocas graciosas dibujadas... Los nipones parecen ser muy respetuosos de todo… de los demás y de la naturaleza, son un pueblo con una firme doctrina y de respeto por las tradiciones. Pero a la vez, mantienen algo en su ser que los hace diferentes y distantes, incluso peligrosos para el medio, cuando en realidad, su cultura, vive por su cuidado. El confort es la clave de Japón, algo que pudimos observar en sus extraños inodoros, llenos de botones y controles manuales. Intentan mantener todo en orden, tanto, que llegan al exceso del perfeccionismo: no hay margen para el error.

Hubo una tarde en que nos metimos mal en una rotonda, y eso nos tomó 40 km para poder volver a retomar el camino que realmente queríamos. Sumado a eso que no hay carteles más que en japonés…
Son un pueblo orgulloso de sí mismos y de lo que tienen y han logrado, y no se permiten equivocarse, o eso significaría la deshonra.
Pero así y todo, parecía ser la imagen gris de un pueblo que sólo pudo avanzar tecnológicamente, pero que no pudo modernizarse en otros aspectos: los peajes, aeropuertos, negocios, hoteles, todos tenían una apariencia avejentada y de abandono que nos era impensado antes de llegar allí.
Pero entre toda esa realidad que nos extrañó, todo fue acallado al ver, de camino al hotel, el magnífico Monte Fuji aparecer entre las colinas… imponente.




HISTORIAS QUE ARMARON EL CAMINO

Japón en nuestro primer día, nos dejó a la vista varias muestras de lo que nuestro Camino significaba en estas tierras. Por más que muchas de ellas no las hayamos aún comprendido, sentimos que debíamos compartir aquellas interpretaciones que se nos ofrecieron en nuestra estadía.


Ise e Izu… el Camino más lejano de Issa

Una de las tramas que nos llevaban a Japón, era el Monasterio de Ise, construido por la princesa Yamato Hime no mikoto en el siglo IV antes de Cristo, para la Diosa de la Sabiduría Amaterasu, para quien hizo un complejo de templos junto a un río, en la bahía de Ise, y donde sentimos una gran relación con la imagen de Issa, por la cual estábamos en cierta forma haciendo este Camino.
Pero no habíamos calculado algo. La agencia de Japón, nos había ubicado en un hotel que estaba en el medio de un cráter volcánico que hace demasiado tiempo está inactivo, el volcán Hakone, del cual se tarda muchísimo en salir para ir a cualquier lado… Es así que nos dimos cuenta que el viaje de 4 horas de ida hasta Ise que habíamos calculado intuyendo que estaríamos en la ciudad de Fuji, se convirtieron en 6 horas ida y 6 vuelta desde el Hotel, lo cual se nos hacía imposible de conducir en un solo día.
De repente vimos que nuestra visita al Santuario de Ise se veía frustrada, y no podríamos seguir.
Esto nos llevó a que desde las 6 de la mañana nos pusiéramos los 4 a buscar información sobre la región, ya que sabíamos que ese día no era el de la entrega de la Llave ni de la visita al monte Fuji.

En esas horas de la mañana, fue cuando comenzamos a descubrir una cantidad enorme de historias, información y relaciones que nos llevaron a sorprendernos aún más con la razón de nuestro viaje a Japón.
La primera de las claves que nos dejó tranquilos, fue que mirando en Google Earth descubrí que a no más de 40 km teníamos una península que se llamaba Izu, lo que nos hizo resonar mucho con Ise. Lo interesante de Izu, es su extraña forma, la cual desde hacía años me interesaba, y que su significado era Agua, el elemento con el que se relaciona a los dragones de Asia.
Claramente, como siempre, lo que programábamos era desechado para cumplir con los tejidos que se habían programado hace mucho más tiempo…

La Historia de la Creación
Uno de los dioses primarios de la cosmología nipona, es Kunitokotachi, el dios que da lugar a la creación, y según ellos, vive dentro del Monte Fuji. Algo que nos llamó mucho la atención sobre el monte, es que por más que suene a masculino, representa a la feminidad, llamada Segen Sama. Podría decirse que allí es donde se unen las dos fuerzas femenina y masculina, la montaña y el cielo, que juntos, dan origen a la creación del mundo.
Kunitokotachi y Segen Sama, nos recuerdan a entidades, junto a los otros dioses que no se nombran, que provienen de otras constelaciones y que se reúnen en lo más alto del monte para ordenar el mundo… el monte Olimpo se nos viene a la cabeza como un símil del Fuji japonés. Sitio desde donde los antiguos extra terrestres controlaban los sistemas de la tierra tras haber llegado desde el cielo.

Los hermanos de la creación

Kunitokotachi, junto a otros dioses, debe poner orden en nuestro mundo, pero por una razón desconocida, todos los dioses desaparecen, hasta que él logra crear dos seres, llamados Izanagi (el hombre) e Izanami (la mujer), quienes se asemejaban a humanos, y les encarga poner orden en el mundo en caos.
Ambos se acercan al mundo a través del puente que conecta el Cielo con la Tierra, un puente de Arco Iris desde donde se observa las penumbras del planeta. Su Padre Celestial, les ofrece a los dos uno de los objetos de la creación: la Gran Lanza. Con ella, ellos tienen el mandato de ordenar la Tierra. Así, Izanagi clava la Lanza en el océano, y de las gotas que cayeron al sacar la lanza apareció una isla.
Cuando la Tierra fue creada, los dos bajaron por el puente hacia ella, y se propusieron vivir allí.
Para llegar al mundo terreno y poder procrear, deben crear un gran pilar que une la tierra con el cielo, y deben bajar a su alrededor uno por cada lado. Lo curioso, es que solamente podrían procrear si bajaban separados y lograban encontrarse y unirse al llegar abajo.
Cuando se encontraron, Izanami tomó la palabra sobre la tierra, y juntos tuvieron dos hijos, pero ambos nacieron deformes, situación que descontenta a los padres, por lo que horrorizados, envían a sus hijos al mar, en una balsa; ante esto, acuden a los dioses padres para cuestionar sobre sus hijos… y ellos responden que eso había sucedido porque quien había hablado primero, fue la mujer, cuando debía en realidad ser el hombre quien dijese las primeras palabras.
Ellos crean a dos seres, femenino y masculino… Izanagi e Izanami, los cuales tienen el mandato de ordenar y procrear… son tal vez la vívida imagen de nuestros Adán y Eva… aunque un detalle nos llama la atención… Ella es la que habla primero… claramente no era Eva, sino Lilith, la primer mujer de Adán, amada por él, pero poderosa y firme, difícil de controlar por los demás. Ella tiene hijos deformes… según la historia antigua de Lilith, ella también tiene hijos deformes como castigo por hablar por encima del hombre… Según mis recuerdos, sus hijos son deformes por tenerlos con el Anunaki que regía el norte de África, con quien cuya genética no era compatible. Luego vuelven y ella sí puede tener hijos… pero aquí la historia se entrecruza.
Entonces vuelven a la tierra, y el hombre se dispone a hablar… así es como pueden al fin tener sus primeros hijos.  Otra correlación a esta historia, es que los primeros hijos de Adán, eran Abel y Caín, los cuales por celos no dieron fruto, pero posteriormente (tal vez cuando aparece Eva en la historia), pudieron tener un tercer hijo, cuyo nombre era Seth (¿casualidad que este nombre sea el mismo que posee el Dios del inframundo egipcio, con cabeza de serpiente?) y quien sí nace bien y logra dar fruto.
Los mismos, son dioses elementales, a los que llaman Kami, 8 de los cuales formaron las primeras islas de Japón. Pero uno de los partos fue terrible para Izanami, ya que éste la llevó a la muerte.
Fue el parto del Kami de Fuego. Para ella, los dolores fueron los mismos que parir a un volcán en erupción, y esto provocó su muerte agonizante. Izanagi no toleró esta situación pues amaba profundamente a Izanami, y por eso arriesgó su vida descendiendo a Yomi-Tsu-Kuni, el Mundo de las Raíces, o Inframundo, para encontrarla y traerla de vuelta.
Allí pudo encontrarla, pero ella le dijo que no podía verla hasta salir del Inframundo. Por eso se colocó detrás, y caminaron hacia la superficie, pero Izanagi era tan curioso, que miró hacia atrás, lo que hizo que la diosa-humana se transforme en un horrendo demonio que lo atacó. Él logró huir y tapar las puertas del Inframundo, y apenado se bañó en un río para limpiarse la basura de las penumbras.
Cuando muere por parir, es también una especie de castigo… según los nipones, es un fuego el que la mata, llevándola al inframundo. No sé si recuerdan el mito de Perséfone de la Grecia Antigua… en que ella es raptada por Hades, dios de los Infiernos, y la convierte en la diosa del Inframundo… pero más aún, la historia nos recuerda a Orfeo y Eurídice. Ella también es un ser mitad humano, una ninfa, quien se enamora de Orfeo, quien posee una lira… (¿constelación Lira?) y que tras escapar del enemigo de su esposo, es mordida por una serpiente (¿fuego?) lo que la lleva al Inframundo. Perséfone le permite irse con Orfeo, pero éste no debe mirarla nunca hasta salir de allí, pero por curioso lo hace, y ella es quitada de sus manos y nunca más la recupera… otra historia en paralelo.

El baño que toma al salir, provocó el nacimiento de tres de los dioses más importantes de Japón: Amatersaru, Susanowo y Tzukuyomi. Durante la purificación, de su ojo izquierdo nace la diosa Amaterasu, diosa de la Sabiduría y del Sol, mientras que de su nariz, nace Susanowo, quien convierte en el dios del Mar, así como Tsukuyomi, es el dios de la luna y la noche, nacido, posiblemente, de un espejo que su padre poseía en el brazo izquierdo.
Izanagi y su ojo izquierdo: esto fue muy llamativo. Amaterasu, diosa de la sabiduría, nace de parte de la cabeza de su padre divino… igual que Atenea nace de la cabeza de Zeus… pero sobre todo, del ojo izquierdo…
Los nombres de Izanagi e Izanami nos resuenan a Iza (Issa)… algo que nos remonta a la historia de la madre del famoso dios Horus, al cual desde Sumatra veníamos siguiendo el rastro. Y enseguida recordamos: Horus perdió su ojo izquierdo en una batalla contra Seth, el dios del Inframundo, lo cual le otorgó la Sabiduría de la verdadera Visión (¿Amaterasu?)… pero eso no es todo… El padre de los Cielos de la mitología nórdica, Odin, también perdió su ojo izquierdo, pero su historia cuenta que él mismo se lo arrancó para poder obtener la visión plena de la sabiduría divina, por eso su imagen es representada con un parche en su ojo izquierdo, como Horus, además de que ambos dioses, como Izanagi, poseen una larga Lanza con la que rigen el orden del mundo… 


¿Todo esto no es demasiado obvio? ¿Que a miles de kilómetros, las mismas historias de dioses, humanos, hijos, amantes, padres se entrecrucen de tal forma que no se entiendan pero que todas tengan la misma esencia?
Algo nos estaba queriendo contar una historia que nos ayudaría a comprender más cosas sobre la unión de nuestro mundo en la antigüedad, pero es algo que nos tomaría aún mucho más tiempo en hilvanar.


Una Historia que nos mostró la nuestra

Lo interesante de este nacimiento, es la historia que surge entre los hermanos Amaterasu y Susanowo.
Susanowo era un ser envidioso, que no estaba de acuerdo con que su padre lo haya convertido en el dios del Mar, mientras su hermana tenía la fuerza y dominio del Sol y la Sabiduría Divina. Esto llevó a que él detestase a su hermana, lo que hacía que siempre intentase quitarle todos sus poderes.
Cuenta la historia que la peor acción de Susanowo, fue cuando creó una competencia en los cielos para ver quién de los dos hermanos podían crear al ser más perfecto. Uno toma del otro un objeto, y crean a partir de él bellos seres. Amaterasu, de la espada de Susanowo crea a tres hermosas doncellas, las cuales son las Tejedoras de la Red Cósmica de la Realidad, y él crea a 5 seres de una cuerda de su hermana. Pero por la perfección de las doncellas, Amaterasu es considerada victoriosa. Esto enfada al dios del Mar, lo que hace que tome el Caballo Celestial y lo lance a las Tejedoras. El desastre que genera provoca la muerte de dos de las doncellas, mientras la última, de tal susto, se suicida clavándose una estaca del hilar en el útero.
Ante tal desastre, Amaterasu huye horrorizada y se esconde en una cueva (posiblemente una de las cuevas del Fuji), y no vuelve a salir.
Por este comportamiento, el dios es exiliado del cielo y enviado al mundo terrestre como castigo.
En el cielo había un problema, la Diosa de la sabiduría estaba oculta, y no había sol que ilumine, por lo que los dioses organizan una fiesta en la que toman un enorme espejo y se acercan a la cueva queriendo llamar la atención de la Diosa. Desde afuera, gritaban que estaban sorprendidos porque ahora en el cielo había una diosa mucho más brillante y poderosa que ella, y querían todos que salga de la cueva para verla. Esta noticia alarmó a Amaterasu, y ésta se asomó, sorprendida por semejante brillo que venía desde fuera. Al salir, todos se pusieron contentos, como ella misma, al ver que ese gran ser que veía, no era más que su propio reflejo.
Los dioses pusieron frente a la cueva este enorme espejo para que ella siempre pudiera verse reflejada. Ese espejo, es el Lago Espejo llamado en japonés el Kamanakako.
La respuesta estaba en este Lago. El Kamanakako representaba uno de los tres pilares de la divinidad, el Espejo de los dioses. Supimos que ese era uno de los puntos donde podíamos observar y conectarnos con el reflejo de la divinidad, el lago donde se ve al monte Fuji doblegado hacia la tierra y hacia el cielo.
Mientras esto sucedía a Amaterasu, Susanowo vivía otra situación. Su viaje por la Tierra lo llevó a encontrarse con una familia desesperada porque un dragón se comía a todas sus hijas. Al ver esto, él acuerda con los padres que los ayudaría si se casaba con la última hija. Así, manda a construir una casa, con ocho puertas, con ocho mesas, con ocho barriles, y en uno de ellos coloca un licor ocho veces macerado, y este dragón, de ocho cabezas y ocho colas, bebe del licor, y Susanowo aprovecha la situación, y mata al dragón. Al hacerlo, en una sus colas encuentra una espada, que es obsequiada a Amaterasu, tal vez como símbolo de arrepentimiento.
¿Y los tantos 8 que se repiten?? Diego unió todos… 88.888, lo que nos da aproximadamente Tres Ciclos Galácticos… qué nos indican estos ciclos, estas claves? Sería cuestión de seguir descubriéndolo en el andar.


El orgullo de Fuji

Una historia que representa a Japón en su totalidad, es el conflicto originado entre el Monte Fuji y su hermano, el monte Hakone.
Hakone era alto como su hermana Fuji, y siempre se disputaban quién era el más alto. Un día hicieron una competición, entonces un Buda bajó con un tubo lleno de agua, y colocó los extremos en cada punta de los volcanes. si el agua corría hacia uno de los dos montes, entonces el opuesto sería el ganador. La sorpresa fue que el agua corrió hacia el monte Fuji, dejando victorioso a Hakone, lo que enfadó tanto a la diosa, que con una enorme vara partió la cabeza de su hermano en 8 pedazos, quedando ella victoriosa.
Desde ese momento, Fuji fue el emblema para los japoneses, la superación, la victoria, el orgullo… algo que más tarde nos dejaría una moraleja sobre este pueblo.


Analizando la Historia

Ahora bien, un momento… no sé si alguien sabe sobre mitologías antiguas… pero todas estas historias… ¿no les hacen recordar a otras mitologías a miles de kilómetros de Japón?
Cuando nosotros leíamos todas estas historias, no podíamos dejar de pensar en miles de relaciones que hallábamos a cada instante en cada párrafo.
Gaby decía que no había encontrado un libro que hablase de estas relaciones, y que le parecía increíble poder encontrar tantas relaciones.
Muchas de las similitudes, por el momento, no logran tener una clara y directa relación entre sí, pero estamos seguros que todas son una parte importante dentro de este rompecabezas que estamos armando juntos. Por eso también, el compartirlo, nos ayudará a que quienes lo lean, puedan ayudarnos a relacionar estas historias y terminar de armar un eslabón que nos indique la línea que estamos siguiendo en el reconocimiento de la historia y su energía.
Este es el primer paso de un camino de largas mitologías que nos muestran que no fueron simples historias. Culturas que están separadas por miles de kilómetros, que no se conocieron supuestamente en sus orígenes, todas cuentan las mismas historias, con mismos personajes y situaciones…
Claramente la historia humana en un momento estuvo muy conectada entre sí, y debido a que ahora está volviendo a reconectarse, es que nuestro camino las reconoce. Unir los lazos de nuestra historia ancestral, nos ayudaría a descubrir los próximos pasos de la humanidad.



DÍA 26 Por la tarde

La mujer que cantaba a los árboles

Siguiendo esta simple idea, emprendimos camino al templo que honra la feminidad del monte Fuji: Sengen.
Un camino de árboles milenarios nos guiaron hasta las puertas del templo. Parecía que ingresábamos en un mundo paralelo a la realidad de las ciudades que rodean el monte; los árboles estaban escoltados por un camino de enormes fanales de cemento, marcados con la esvástica budista, y las sombras hacían que pareciese un pasillo a otra dimensión. El portal templario japonés nos recibía con un brillo anaranjado y detrás, un dragón de metal que nos ofrecía el agua para lavarnos las manos antes de rezar.
Los monjes, con su típica vestimenta, estaban preparándose para la ceremonia, mientras los visitantes rezaban fuera de las puertas del templo, primero aplaudiendo tras tocar una campanilla, y luego lanzando una moneda en un recipiente frente al portal.
Fue cómica la imagen que se nos presentó cuando Diego estornudó (alergia matutina) ¡y todos los monjes se colocaron instantáneamente un barbijo!
Pero a nosotros nos llamaba la atención otra cosa. Detrás del templo, había un camino que se dirigía a un bosque pequeño de altos árboles.
Antes de llegar, saludamos a dos árboles, aunque había 4 pero dos estaban aún más lejos, que se imponían gigantescos frente al templo de Sengen, envueltos con moños de una muy gruesa cuerda. Éstos eran los árboles milenarios, considerados por los japoneses como Deidades en la tierra.
Seguimos el camino hasta encontrarnos con otro portal que daba la entrada al bosque. Paseamos un momento por entre los árboles, y a pesar del frío que hacía, nos sentamos bajo ellos. Diego más a lo lejos, yo más cerca del portal, y luego se sumaron dispersas por el bosque, Gaby y Maga. Allí, lo que sentimos, es que nos íbamos a alinear con la energía de Japón, lo que nos ayudaría a enfrentar las fuerzas de la tierra y la cultura.
Nos tomamos un minuto para estar en silencio… y de repente algo nos sorprendió. Un leve canto comenzó a surgir de entre los troncos. Daba la impresión de que uno de los árboles nos estaba cantando, pero era muy físico para ser un árbol. Pronto vimos una figura de una mujer caminando entre los árboles a lo lejos. Acomodaba su cartera en el hombro, y se detenía un momento, y suavemente, comenzaba a cantar. Cantaba a los árboles, mientras los acariciaba y los miraba. Parecía elegir algunos, y caminaba entre ellos, se detenía frente a otro, y seguía entonando una música tan familiar como extraña a la vez.



Nunca había oído un canto similar, al menos en esta vida, el cual cada vez se hacía más potente y cercano. Su música, nos unía a los árboles, quienes parecían danzar, recibiendo sus hermosos sonidos. Una fuerza nos comenzó a unir, y comenzamos a comprender cosas.
La energía de Japón ingresaba en nuestro ser por el canto y las raíces de los árboles. Entonces, ella se sentó en otro árbol, cerca nuestro, formando un triángulo. Pronto vi la geografía de Japón bajo nuestros pies, mostrándonos los puntos que eran necesarios visitar y su relación: ella estaba ubicada en el monte Fuji, Diego en la península de Izu, y yo en el lago Ashi de Hakone. Los tres sitios que marcaban nuestra estadía en la tierra Nipona.
Pude conectarme con los tres sitios, y de repente, su canto se silenció, y marchó.
Diego corrió tras ella para mostrarle un dibujo que había hecho mientras cantaba. Los árboles conectados con su canto, y nosotros como dos árboles más, entre toda esa energía. Ella se presentó como Michko, y a penas si sabía inglés, e intentamos explicarle lo que estábamos haciendo. Ella nos dijo que estaba cantando para el mundo, y que había venido desde Tokyo para cantar al planeta aprovechando la energía de Fuji y su diosa.


Más tarde se nos unió Maga, quien nos comentó algo increíble. Ella se había quedado un rato más en el bosque, y oyó a otra señora con una chica que también cantaba de la misma forma, mientras con sus manos hacía un barrido en el aura de la otra persona. Maga les pidió si podían hacerle eso a ella, y accedieron. Sin que les preguntase qué era, la chica le tradujo lo que la señora decía: “son cantos Lemurianos, para equilibrar”.
Increíble, pues mientras meditábamos, los cantos me hacían pensar “¿Qué relación tenía Lemuria con Japón?”
Japón nos recibió con cantos de Lemuria. En los primeros tiempos, según recuerdo, a los pequeños hombre y mujeres de la región norte del Pacífico se les llamaba los hios, y fueron unos de los que recibieron a un grupo de Lemurianos que tras el hundimiento, emigraban hacia los polos.
Lemuria, es una civilización nacida de Mu, en Asia, tierras que se dividían en dos poderíos ancestrales, llamados, según mis recuerdos, Namum y Yomom. Su Unión era el Yomíom, y provenía de los primeros asentamientos Hiperbóreos del planeta, procedentes de las órdenes Acturianas y Pleyadianas.



Pléyades implica para la humanidad un símbolo de la Evolución, y sus culturas han permanecido en la Tierra armando siempre un entramado de sanación y regeneración de la evolución de la especie humana.
Hace miles y miles de años, los Hios adoptaron las costumbres de los pueblos del Este, quienes venían del Sol de Pléyades, es por esto que el Lejano Oriente mantiene una estrecha relación y devoción por sus estrellas.
SUBARU… es más que una marca en Japón, es un honor y amor por sus orígenes culturales. Subaru es el nombre que se le da a la constelación de Pléyades en japonés.
Ese encuentro entre los árboles, fue el inicio de un reconocimiento del pueblo Nipon y su historia, sobre todo, en relación a todas las historias del mundo… ¿qué eslabón del mundo completaban? Sus leyendas nos irían contando cada vez más sobre esta relación que las tierras más apartadas del mundo tenían con el centro de nuestras culturas occidentales.



DÍA 27

El Triángulo y la 7˚ Llave
El día anterior, había sido un día de reconocimiento y alineación, y este día, sería el del aventurarnos; la práctica de lo visto previamente.  Temprano por la mañana, salimos camino a la península de Izu, pero antes, nuestro camino nos hizo detenernos obligatoriamente en el antiguo templo de Samuráis del lago Ashi, en el cráter del volcán Hakone. Probablemente habíamos encontrado un sentido a nuestra forzada estadía en Hakone…
Allí, fuimos atraídos por un magnífico portal anaranjado que daba ingreso a las escalinatas del templo en un pasillo que se sumergía en el mismo lago. En ese camino, Diego y yo nos sentamos, y Maga y Gaby hicieron lo mismo entre los árboles de atrás.
Donde me siento, entre las tantas grandes piedras que formaban el camino, frente a mí había una partida a la mitad. Siento que mis manos son atraídas por estas piedras. Al colocarlas, de repente aparece un anciano muy extraño, y siento en él toda la energía representativa del Volcán.
Su energía me habla durante largo rato sobre la realidad que presentaba en las islas… Él dijo en resumen algo así:
Observa estas piedras, y verás la verdad. Nipón está dividido por el orgullo de su tierra. Cuando mi hermana provocó mi destrucción, las islas se desequilibraron, y las fuerzas quedaron divididas. Verás en sus gentes una enorme dualidad provocada por este dolor… Fuji ahora es el emblema de un orgullo que está destruyendo a un pueblo, la supremacía de una nación que ha perdido sus verdaderos propósitos. Sus orígenes son diversos, pero en ellos guardan una dualidad de amores y odios por los mismos, que provocan la desunión de su legado. Han dañado al Mar sin darse cuenta que les rodea, se han creído superiores sin saber que fue un victoria cruel ante la tierra. Ellos están aquí para encender el más puro de los dragones, pero mi hermana a dañado su interior. Su luz es envidiosa, y no ha respetado a los demás… su fuerza vive en cada uno de sus adoradores. Es tiempo de reconocer el equilibrio, o el mar los engullirá… Susanowo no volverá a perdonarla…”
Habló sobre la realidad y futuro de Japón. Nombraba al dios del Mar como ofendido por las atrocidades que esta nación hacía en sus aposentos, observando el emblema de Fuji como orgullo, desprestigiando al resto. Era necesario, según Hakone, que el pueblo observe más a su alrededor, pues su labor es conectar ese fuego interno del ser con la creación, pero su orgullo y victoria los ha cegado de su verdad, manteniéndolos divididos entre Pléyades y Draco…
Sentí que Hakone se movía para hablar, seguido a eso sentí un leve mareo… y sin que ningún barco pasase delante, unas olas fueron notorias a nuestro alrededor… con Diego nos miramos, y supimos que algo se había movido. Honré al Lago. Lo último que me dijo fue: …El Mar os espera
El segundo punto del triángulo, nos esperaba vacío. La península de Izu parecía desértica. Estábamos en vacaciones, y como en Japón sólo tienen 2 semanas al año disponibles, todos se van fuera y abandonan prácticamente las ciudades. Nos dirigimos hasta un punto llamado Naga, pero no había mucho allí, es decir, nada. Sólo una imponente vista del monte Fuji del otro lado de la bahía. Lo único que encontramos abierto, era un bar muy humilde con un camino que llevaba a una playa en la bahía con una hermosa vista al Fuji.
Nos sentamos allí un momento, hasta que sentí el llamado del mar. Bajé el paredón hacia la playa, y descalzo me introduje en el mar, el cual, a pesar del frío, estaba tibio. Conmigo, portaba la Séptima Llave. Frente al Fuji, en el mar, pude sentir la energía de una entidad enorme que me rodeaba. Entre las olas, me ofreció una piedra con conchas blancas adheridas, sentí en su presencia que esta piedra era una ofrenda de llevar su fuerza y unirla con los pies del Fuji. Saqué la llave y la mostré al mar y a la montaña; la sumergí en la arena hablando sobre el propósito de la unión de la conciencia en el mundo.


“Si estáis uniendo la conciencia del mundo, que todos sean conscientes de lo que sucede aquí…” dijo. Al unir bajo la imagen de la Llave el mar y el monte, de repente de un lado de la ladera del Fuji surgió una humareda negra espesa. Tal vez, algo se había quemada a lo lejos, o una fábrica, tal vez… pero la imagen para mí fue emocionante. Yo estaba moviendo la llave para liberar en conciencia el pesar del monte y el mar, y justo donde dirigía la mira de la Llave, la humareda se elevó, tomando una leve y esfumada forma similar a la Towei Lumbar…
Recogí la Piedra junto a la llave, y honrando a las entidades, retomamos camino hacia el último punto del triángulo: el Lago Espejo, el Kamanakako, a los pies del Fuji, sitio donde sabíamos iba la llave. 

Al llegar al Lago tras unas dos horas de conducir hasta allí, el atardecer estaba cubriendo el cielo, y ya no había prácticamente nadie disponible. Teníamos que tomar una barca para ir hasta el lago, pero no había nadie, ni siquiera teníamos Yenes para pagar.
Sabíamos que los horarios y las cosas se dan en la medida justa, pero sentíamos que no podíamos ir… hasta que de repente desde un muelle apareció un padre con un hijo, y detrás, el dueño de los pequeños botes.

Por suerte el hombre, también turista, sabía inglés, y pudo arreglar con el barquero un precio para los cuatro. Entre todas las movidas muy de tercera dimensión, el señor nos lleva al pequeño embarcadero y nos ofrece el único bote disponible para los 4 a ese precio… un enorme Cisne u Oca con pedales para 4 personas… sí, la imagen más graciosa hasta el momento en el recorrido de Harwitum, fue los 4 navegando dentro del lago en una Oca gigante, rodeados de cisnes y patos que nos querían robar comida y nos tiraban de la ropa. Pedaleando entre olas, nos aventuramos cómicamente y sin poder dejar la risa de lado, a entregar algo que debía ser una especie de emblema de la conexión de la conciencia…
Frente estaba el Fuji, imponente, y el sol sobre su lomo. La Oca no dejaba de girar sobre si, y no podíamos concentrarnos con los cisnes picoteándonos. Gaby fue la encargada de entregar la llave al lago del Espejo. Y emocionada, pudo agregar algo que, a pesar de la cómica imagen, hacía de esta ridícula situación algo digno de un entramado universal…
Cuando estuvimos en Bali, no paramos de ver imágenes de la diosa Sarasvati, diosa 
Hindú de la Sabiduría, pero lo más interesante, era su vehículo. Cada deidad poseía un animal que lo transportaba. En este caso, Sarasvati era llevada por una enorme Oca o Cisne dijo Suar, nuestro guía balinés, que la diosa de la Sabiduría poseía este animal, pues es muy bueno distinguiendo entre el Mal y el Bien (cosa que ellos atribuyen a que sabe distinguir entre piedras y comida). Lo curioso es que en Sumatra nos habían hablado también del legado Templario y los caballeros del Dragón, los cuales crearon un juego de la Vida y la Sabiduría en el que escondieron muchos legados ancestrales… el famoso Juego de la Oca.
Dicen que este animal es un complejo símbolo de luz, muerte, metamorfosis, purificación y belleza. También representa la gracia y la nobleza de corazón. El Cisne nos recuerda que el Amor es la Naturaleza del Alma.


En general nos ofrecen la magia vital de integrar todos los elementos: son de sangre caliente (energía fuego), viven en el agua (emociones), anidan en tierra (lo físico) y viajan volando por el aire y los cielos (elevación del plano mental). Y ese proceso, de conexión con la Unidad o Integración Personal, es el Amor. La Medicina del Cisne se basa en seguir con fidelidad los dictados del Corazón.

No era entonces casualidad que los cuatro entregásemos la Séptima Llave en el lago Espejo, donde se reflejó la diosa Amaterasu, de la Sabiduría, para recobrar su fortaleza y confianza, sobre una enorme Oca… a pesar de parecer un chiste, el Universo no deja ningún cabo suelto.
La puesta del sol nos despidió del Fuji con los colores propios del cruce entre el Sacro y el Plexo, antes de retomar camino hacia el aeropuerto de Narita esa misma noche...

VIDEO DE LA ENTREGA DE LA 8º LLAVE


El Meridiano

Esa noche, nos llamó Elisa Tesuka, una caminante de Harwitum que radica en Japón, y quien nos obsequió unos hermosos kimonos de andar por casa. Estuvimos hablando por teléfono sobre las realidades que presenta Japón, y ella nos mencionó algo increíble que vimos como clave que nos dejaba un mensaje importante a todos los humanos.
Ella preguntó si teníamos pensado subir al Monte Fuji, a lo que respondimos que los días que habíamos estado allí, era extraño, porque siempre se retrasaba y no había muchas ganas de subirlo, y no sabíamos por qué. Ella nos dijo: mejor… porque la energía que hay en la cima es terrible. Dijo que Fuji en Japón es conocido también con el nombre de Monte de los Suicidas.

Es increíble la cantidad de gente que por diversas razones elige este lugar para suicidarse… éste es uno de los grandes temas de Japón. La imagen descrita por ella era estremecedora: comentaba que la cima del monte cada año se baña de decenas de coches abandonados por la cantidad de gente que jamás vuelve a descender de sus laderas… El estrés y el constante avance y control de la sociedad, provoca el agotamiento y la perdición de las almas libres.
Esto nos hizo recordar algo que nos conmovió al ver la relación.
Japón está a la misma altura que el desierto Australiano. Japón posee la civilización humana más avanzada del planeta en tecnología y estructura social, mientras que el centro australiano, posee el pueblo más primitivo de la humanidad. Y ambos tienen el mismo problema: el Suicidio. El estrés de la sociedad y el avance, afecta a los dos por igual en el mismo meridiano.
Tal vez, esto nos deja un gran paradigma o paradoja sobre nuestra evolución humana… ¿hacia donde vamos? ¿para qué vamos? ¿hasta dónde llegaremos?


DÍA 28

Redireccionando el Camino

Al día siguiente, nuestro vuelo a Taiwán se vería frustrado. La aerolínea no nos había informado antes de comprar los pasajes que necesitábamos Visado para ingresar al país. Como en Argentina no había embajada de Taiwán, fue la embajada China quien dijo: ¡la Visa China sirve para Taiwán también! Pero decir eso en un país asiático es como nombrar al diablo.
¿Ven la naga en el agua?
Taiwán es claramente un país diferente a China, aunque hoy figure como tomado por este país. Allí se encontraba el lago del Sol y la Luna, algo que nos atraía por una historia del camino Lemuriano… pero estaba claro que nuestro Camino no quería que investiguemos sobre un pasado florido, sino sobre un pasado turbio que ha llevado a la Humanidad hasta la realidad actual… es por eso que al otro día temprano, casi sin pensarlo nuestro viaje se había desviado… tal vez correctamente al nuevo destino: Beijing, la capital China.

Nuestro Dragón interno estaba floreciendo, nuestro proceso Indonesio se integró en las tierras niponas. Tal vez, estábamos encendiéndonos para enfrentarnos a una de las tierras más difíciles de Asia Oriental: comenzábamos a caminar por el Plexo, y una frase de mis guías seguía resonando: …es tiempo del Silencio…



5 comentarios:

  1. Con respecto a las semejanzas en las historias sobre la Creacion en las distintas culturas, les comento que hace unos años lei el libro Leyendas Tehuelches de Sergio Hache Ed Errepar y tambien me sorprendio como este pueblo contaba una historia muy similar a la del Antiguo Testamento con los personajes autóctonos de la Patagonia. Incluso el cisne juega un papel muy importante en dicha historia.
    Saludos para todos !!

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  2. GRACIAS!!! SABÉIS QUE ESPERABA NOTICIAS DE "LA MUJER QUE SUSURRABA A LOS ARBOLES". MAGNIFICO Y AL AMPLIAR INFORMACIÓN, HE PODIDO COLOCAR MÁS PIEZAS EN MI PUZZLE PARTICULAR.
    UN ABRAZO DE AMOR PARA NEPAL, AMO ESE LUGAR DEL MUNDO.
    CUIDAROS Y ABRAZOS.
    Semillas Solares.

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  3. Impresionante como van surgiendo los acontecimientos para que se pueda entender el presente y el pasado. Muy bien explicado! Produce la misma sensación que si hubiéramos estado ahí con ustedes!
    Buen camino

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  4. Entré por una foto y me leí todo el viaje.
    Muy bueno! Es aún mi sueño conocer Japón. Estuve cerca, por el sudeste asiático... ya viajaré a japón...
    Gracias!

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  5. Sirio (Zentir en mi)23 de agosto de 2012, 8:09

    Caminantes, por circunstancias he seguido 'tarde' así que estoy leyendo a full los relatos y vídeos, sintiendo Todo muchísimo, así como a ustedes. Tengo que decir que me reconecta de una profundidad tal, que siento mi ser vibrando.

    Es increíble como encuentran tiempo para compartirnos tanto, tantísimo, y cómo ayuda a armar el puzzle en muchos sentidos, además de interiormente para cada uno de los que leemos y sentimos, que acompañamos.

    Cómo Agradecer/les? Sintiendo profundamente, desde el Corazón hasta el Alma, uniendo Cielo y Tierra, así al menos en mi caso.

    Me ha impactado sobre todo a partir del día 26, más profundamente (tal vez porque no ando tanto enterada de mitologías) pero todo, todo, me hace ir desenroscando para recolocar, junto con todo este Propósito. Así lo siento.

    Sé que el viaje va más adelantado que yo en estos momentos, pero les alcanzaré, y mientras.. vibro con mi energía a los cuatro vientos, con puro Corazón, con todos y con Todo.

    Un infinito y gran abrazo del Alma.
    Harwitum!
    Así sea y se reconecten todos los puntos Sagrados, nosotros, Cielo y Tierra

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