Chakra Corona

ANTÁRTIDA

El 7º chakra se llama Saharara, la flor de los mil pétalos. Controla el córtex cerebral. Relacionado con la conciencia, la percepción, la divinidad, el dios o la diosa, el espíritu, el vacío, el aprendizaje, la inteligencia y la información. Esta es la cima de la columna chácrica, donde florece serenamente el loto de los mil pétalos en lo más alto de nuestra cabeza. Está asociado con el sonido cósmico, el punto de contacto con el “ser esencial”.
Está claro que para la Humanidad, aquel territorio de posibilidades y de conexión con la totalidad, es el punto más inhóspito y más enigmático de la Tierra, el continente del polo sur.

Una de sus finalidades es la Integración de la personalidad total con la vida y los aspectos espirituales de la humanidad. Es la experiencia de lo divino, de la divinidad que vive en nosotros, y de la unión con el más allá inconmensurable. En este proceso nos abrimos a la fuerza más alta, más profunda o más grande, la esencia de la conciencia dilatada.

Funciona como una antena, un receptor de la energía divina que llega a nosotros en forma de inspiración, guía y protección. Nos pone en contacto con lo eterno, lo que no muere, la parte permanente del alma. La sabiduría de cada vida se acumula en este centro y representa la trascendencia total de lo que es terrenal, fugaz y transitorio. Es la conciencia de uno mismo y del  universo al mismo tiempo. El chakra corona representa un estado iluminado de conciencia. Mientras nos movemos en la incertidumbre de la vida con este chakra abierto y funcionando correctamente, advertimos y experimentamos la presencia de la guía divina en todo lo que hacemos. Nos inspira mientras recorremos el camino que hemos elegido.
Un territorio deseado y un objetivo imaginado por todos, la iluminación y la gloria de estas tierras que tantos buscan. La Antártida fue cuna de las semillas de las primeras almas que habitaron la Tierra, así también como lo fue de la Humanidad, en tiempos en que las primeras civilizaciones sólo toleraban el frío. Al igual que el corona en nuestro cuerpo recibe las semillas del alma, la Antártida ha recibido por milenios las semillas del resto del universo, por miles de almas que nacen en nuestro mundo.

Al tratar este chakra hablamos de la conciencia superior que es más amplia, en lo que se ajusta a la pauta de creciente expansión según nos desplazamos a través del Sistema de los Chakras en sentido ascendente, y consiste en abarcar pautas trascendentales cada vez más amplias y profundas. Podríamos decir que transportamos todo el universo en nuestra mente. Trabajar sobre este chakra es examinar y dilatar nuestra conciencia. Lo hacemos al aumentar nuestro banco de informaciones, al explorar y movernos en el mundo, al aprender y estudiar, al examinar los sistemas de creencias,, nuestra programación interna, procurando eliminar del sistema operativo los “errores de programa” con la meditación, etc. A cambio de estos trabajos obtenemos claridad, sensibilidad, inteligencia, entendimiento, inspiración, paz, etc.
Es por esto que el último punto de concentración es este continente, pues es hacia donde todo el esfuerzo de la transformación planetaria se dirige: la armonía de la claridad y la paz.

Se abre tardíamente en la vida, uno de los últimos centros en experimentarse, una vez que se ha aprendido la naturaleza espiritual de la existencia y a ser capaces de afrontar la responsabilidad de servir al mundo y al planeta. Si se activa demasiado pronto, es posible que alguna otra parte del sistema energético no esté funcionando correctamente y acaso experimente locura temporal, confusión e indecisión. Cuando se desarrolla por sus propios medios, la persona está preparada para asimilar las verdades espirituales y vive libre del ego y receptiva a la voluntad de Dios. Las personas que siguen un camino espiritual y que no están afiliadas a una religión pueden abrir el chakra viviendo la vida según sus verdades superiores.
Su déficit origina constante agotamiento, incapacidad para tomar decisiones y no tienen sentimientos de pertenencia. Desconexión e incomprensión referente a nosotros mismos, a quién somos o a la razón de nuestra existencia en esta vida. Estancamiento en las viejas creencias o ideas.  Estrechez mental.

Podríamos decir que el hecho de que nuestro flujo de conciencia no llegue hasta este punto, podría llevarnos a sentir un “congelamiento” de nuestros paradigmas.
Su exceso, origina actitudes psicóticas o maníaco depresiva, elucubraciones que conducen al aislamiento y a la disociación. Expresión sexual confusa, frustradas, con la sensación de que el poder no se ha realizado. Sensaciones de soledad, cabezonería, con la fija idea de ser más “puro”` que los demás, elitismo espiritual o intelectual.

Las sevicias espirituales, como podría definirse el acto de negarle a alguien su propia experiencia de espiritualidad imponiéndole un sistema de creencias rígido, puede originarse tanto por un déficit como por un exceso de energía del 7º  chakra.

El hecho de que unos pocos puedan llegar a la comprensión de su activación puede llevarlos a poseer estos síntomas, razón por la cual el objetivo es que hagamos esto todos juntos y no unos pocos.
Cuando el chakra está equilibrado, gira a la velocidad correcta. Se expresa magnetismo, se logran “milagros” en la vida, trascendencia y se está en paz con el ser. Llegando a esto, dicho continente es capaz de regenerar nuestra realidad para un futuro muy diferente.

Recorrido

“Vemos importante compartir la base de nuestro recorrido por este continente con las personas que nos acompañan desde sus hogares en el Harwitum, para que todas puedan saber dónde y cuándo depositar la energía. Recordemos que llevamos con nosotros las Llaves Towei Lumbar, en las cuales depositaremos toda la conciencia para activar estos sitios de poder y mantener nuestra conexión en cada lugar, esto lo comunicamos debido a que los 4 caminantes nos guiamos por la intuición en cada paso que damos, y no sabemos aún los sitios concretos que visitaremos, por esto mismo apelamos a la intuición de todos para que estemos conectados en red con la energía de cada territorio y desde ya sepan por dónde se irán activando los centros de poder y conciencia de la Tierra”

·   Antártida Argentina – principios de diciembre