Episodio XXIX: Yerevan - Armenia

La Tierra de los

Hombres del Sol

El Primer paso de Isis

Tras reconocer la historia de Omán, y activar la conciencia en la Aguja de montañas que fecundan las cumbres de la tierra Pérsica, desde allí, la corriente magnética y telúrica se dirige hacia el dentro de los dos mares internos más grandes de Asia y el mundo: Mar Caspio y Mar Negro, y era ese mismo lugar al que debíamos ir.

Allí se alza uno de los montes más importantes de la historia de la humanidad, el Ararat, y su leyenda hace referencia a un renacer, a una nueva oportunidad, que el Universo, Dios, le da a los hombres y animales ante las atrocidades que habían llevado a cabo en los últimos tiempos.

Estábamos en un resurgir, en el comienzo de un camino hacia la activación de algo nuevo que debía florecer una vez más.

El monte Ararat es un  monte sagrado para el pueblo Armenio, un pequeño país de algo más de tres millones de habitantes, con una historia que muy pocos conocen.

La única mención que se hace de esta tierra en un nivel general de cultura, es cuando se habla de la famosa Arca de Noé, construida por mandato de Dios para llevar consigo a animales de todas las especies para salvarlas del Gran Diluvio que provocaría Él para borrar de la faz de la tierra a los pueblos bárbaros como Sodoma y Gomorra.

Las olas gigantes que se provocaron, llevaron la nave lejos de las tierras de Medio Oriente central, encallándola en la cima del Monte Ararat. Así pudo salvar a esos animales.

Según la historia, de Noé desciende el pueblo armenio. Pero ninguna otra mención se hace sobre esta historia.

Como todo en la Biblia, son leyendas adoptadas de tradiciones aún más antiguas, y que como cuentos se contaron a las personas durante generaciones, y que hoy, se toman como una absoluta verdad, cuando difieren bastante de su verdadero origen.

Hoy, el conocido monte pertenece al territorio de Turquía, cuyo límite natural es el río Aratz.

Armenia es un país pequeño, y su capital, Yerevan, posee un millón de habitantes. El país está ubicado en un lugar estratégico, en el centro norte de Medio Oriente, lo que hace que todas las rutas de comercio y conquista de la antigüedad, hayan tenido esta tierra como paso obligado.

Por esto, la región obtuvo influencias e invasiones de muchos pueblos a lo largo de su Historia: Babilonios, Persas, Asirios, Chinos, Mongoles, Griegos, Romanos, Turcos, Rusos, pero el dolor más cercano de este pequeño pueblo, fue el trauma nacional generado por el pueblo Otomano.

El Imperio Otomano, que a principios de siglo avasallaba la región completa de Persia, el Cáucaso, las regiones Helenísticas, hasta tomar frontera con el Imperio Alemán, en Hungría, controlaba con centro de operaciones la región centro-occidental de la actual Turquía, a todos los pueblos que lindaban con ellos.

Armenia, antes de que los otomanos comenzasen a conquistar Oriente Medio, poseía un territorio mucho más amplio que el actual, el cual a lo largo de los últimos siglos, se fue reduciendo por este constante enfrentamiento con su vecino.

Este pequeño país, fue en su tiempo tomado por la Unión Soviética, convirtiéndose en una de las 16 Repúblicas Soviéticas. Los Armenios adoptaron mucha cultura de Rusia, como su lengua, cuestiones que a su vez eran impuestas por el Kremlin. Esto convirtió al pueblo armenio en hermanos de Rusia, lo que significaba estar en contra de la OTAN, formada por el Imperio Austro-Húngaro y los Otomanos. Dentro de tantos conflictos, la historia armenia era una amenaza para los turcos, quienes habían necesitado de ellos para construir sus mezquitas y edificios, a la vez de colaborar en sus servicios económicos y políticos, siendo también históricos dueños del gran territorio turco, y por ende, de la mitad de su historia.

Turquía así, inició una persecución del pueblo armenio, que llevó a la matanza de todos los estudiosos, a la violación y asesinato de las mujeres y niños, a la invasión de su territorio, enviando al exilio en el desierto a miles de personas que morían en el camino hacia Siria.

Más de un millón de personas murieron en aquel genocidio que se llevó a cabo paralelo a la Primer Guerra Mundial y unos años más. Pero, como dijo nuestro guía Hovik, el genocidio aún perdura: pues han quitado las raíces del pueblo.

Los rusos, debido a su idealismo de completa igualdad, prohibían el estudio de cualquier historia que fuese anterior a la propia, es decir, hizo que todos los pueblos pertenecientes a la URSS, olvidasen que tuvieron historia alrededor de antes del 800 a.C.

Los otomanos, vieron como amenaza al pueblo armenio en historia y conocimiento, por lo cual quitaron sus tierras, su historia, y mataron a todos aquellos que podían saber algo más sobre las raíces de los pueblos.

“Si quieres dominar un pueblo, quítale su historia”

Pero poco a poco, podemos ir desentrañando la historia que este territorio tiene para contarnos. Si nos quedamos sólo con aquello que nos cuentan los libros o que los historiadores han podido investigar, teniendo la influencia de sus maestros, de la cultura y habiéndose descartado y eliminado gran parte de la historia original, entonces nunca comprenderemos una parte fundamental de lo que Armenia tiene para contarnos realmente como pueblo.

Desentrañar sus raíces, permiten realmente redescubrir las nuestras. Algo que nos ayudaría a darnos cuenta por qué inconscientemente, nuestros primeros pasos en el Camino de Isis, comenzaban aquí…

Las Raíces más profundas de la Verdad

En la historia de Armenia, aún hoy se niegan o desconocen muchas de las claves de su lejano pasado.

Unos investigadores sí pudieron encontrar ruinas antiguas que daban lugar a interpretaciones del más lejano pasado, ruinas de una ciudad que en la cima de la capital se erigía hace miles de años. Sus estudios se prohibieron durante el régimen soviético, ya que su historia data de más de 4000 años, a pesar de que ésta no era la primer capital fundada de las tierras Armenias. Su nombre fue descubierto en Ugarítico, una forma de escritura cuneiforme que no posee vocales gráficas.

Hay dos claves a tener en cuenta de la escritura cuneiforme: se escriben de derecha a izquierda, pues es más fácil así usar cincel y martillo para tallar la pierda, y otra que las vocales son interpretadas de acuerdo al grupo de consonantes. Por esto mismo, al leer el nombre del lugar, los científicos leyeron: TRR’… sabiendo que se escribía al revés, pudieron identificar que se escribía ‘RRT… pero… y las vocales?

Esa era la parte más difícil. Muchas de las palabras importantes de Mesopotamia, tienen la palabra UR en su escritura, palabra que significa Luz, por esto seguramente han interpretado que la ciudad llevaba el nombre de Ur al principio, y el resto, era predecible… Urartu fue llamada.

Este nombre hizo referencia a la ciudad y a la región que ésta comprendía.

Pero su nombre en realidad, viene de algo mucho más antiguo, y también de algo mucho más conocido: Ararata… Aratta… Este nombre, significaba “Tierra del Sol”.

Ar, o Ra, visto en la concepción mediterránea, era el dios representativo para la gente del medio oriente. Por esto mismo, estas tierras fueron llamadas “de los hombres del Dios Sol”. En las lenguas nacidas del Indoeuropeo, un grupo nómade del norte del Cáucaso que dieron origen a la mayoría de las lenguas desde la India hasta Irlanda, hombres se decía “men”, igual que hoy en inglés, es por esto que Tierra de los Hombres del Dios Sol, hoy lo entendemos como Armenia.

Y esto es lo que nos llevó a observar el origen de todas las historias y cuentos que han fundamentado nuestra cultura, claves compartidas por todas las religiones y tradiciones del mundo.

La Biblia y otros libros

“El sexto día creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza”… “el hombre fue creado del barro, pues así lleva el nombre de Adama (tierra)”… “el primer hombre y la primer mujer fueron creadas en las tierras altas de los fértiles valles donde nacen los 4 ríos en sus cuatro direcciones, siendo dos de ellos el Tigris y el Éufrates”…

Dios, o los Dioses, según cada cultura, eligieron esa tierra en medio oriente, donde nacen los 4 ríos, en el altiplano, para crear al primer hombre. Todos los datos geográficos, en todas las antiguas tradiciones e historias de la creación de la región, ponen al Altiplano Armenio, hoy perteneciente a Turquía, como el origen del hombre sobre la tierra.

Y su historia nos habla también de un resurgimiento…

“La voz de Dios ordenó a aquél hombre construir una nave donde deberían salvarse una pareja de cada especie antes del diluvio Universal que arrasaría con los impuros.” Una nueva oportunidad para la humanidad, según dijeron, tras las injurias realizadas por muchos. Para nosotros, su nombre es Noé, o Noah, él y su mujer crearon la barca, y subieron a todos esos animales. Y el mandato fue: “La barca se asentará en tierra firme, allí donde habitan los Dioses”

La tierra conocida por Tierra de Dioses, eran los montes de la tierra Aratta, la cual en la Biblia nombraron Ararat, y así quedó que el monte más alto, el llamado Olimpo de Medio Oriente, poseía ese nombre, Ararat.

Es decir, que tanto para la Biblia como para muchos otros libros antiguos, esas tierras habían sido determinadas tradicionalmente como sitio donde se decidió el origen y la reorganización de la Humanidad completa.

Pero esta historia sólo remite a lo que la Biblia y otros libros sagrados nos dicen.

Esto es porque Armenia, además, fue el primer reino del mundo en adoptar el Cristianismo como religión de Estado.

Rondando el siglo III, los reyes de Armenia adoptaron por completo el Cristianismo, por parte de la visita de dos Apóstoles dos siglos antes, Bartolomé y Tadeo, quienes se allegaron a este país para resguardar la Lanza, Geghart, que había ajusticiado a Jesús en la Cruz. Esto hizo que el a partir de ahora llamado Paganismo, no tuviese otra opción más que dejar de lado sus creencias y adoptar el monoteísmo de su corona. Es por esto que desde el siglo III que Armenia comenzó a perder el sentido de sus orígenes.

¿Qué orígenes?

Hovik nos contó que la historia cristiana apostólica está muy enraizada en el pueblo Armenio, y que tras la prohibición de los soviéticos de saber historia o pensar diferente, y del genocidio generado por parte de los turcos en estas tierras, aún menos se puede saber realmente sobre los orígenes de este país y sus gentes… sin embargo, muchos datos se empiezan a hacer visibles, rastros de una historia mucho más ancestral y original que a nosotros nos iluminaba cada nuevo paso que dábamos hacia Finisterre.

El primer sitio que fuimos a visitar con Hovik fue el Hajtanak, la Plaza de la Victoria, en Ereván, desde donde se ve toda la capital. Pero nos llevó a un lugar en particular: Mair Hayastan: La Madre Armenia.

La imagen imponente de una estatua femenina empuñando una espada entre sus manos, firme y en posición de paz. Nos contó Hovik que antes, la imagen de la Madre Armenia era una mujer llorando de rodillas, dolida entre escombros por el Genocidio, poco reconocido por la historia, pero que los Rusos dijeron que un pueblo que se alza no debe mostrar esa imagen tan débil de su madre, sino una imagen firme y en paz, de una mujer poderosa, es así que hicieron esa imagen impresionante.

Lo que nos llamó la atención, es que las rejas que había alrededor de la plaza, todas mostraban la Flor de Liz muy claramente. Coronada entre flores, y  precisamente la flor que veníamos siguiendo, se alzaba alguien que representaba más que una patria.

Hovik nos contó que la imagen de esta mujer puede tener para su pueblo una raíz aún más profunda, que nace en la imagen de la diosa Anahit. Anahit era la diosa de la prosperidad, que fue matrona del pueblo armenio antes del cristianismo. Su nombre latino, es obviamente al revés, es decir: Diana. 

VIDEO DESDE LA PLAZA DE LA VICTORIA

A partir de aquí nos explicó que la imagen femenina era muy importante para los Armenios, y que su historia de adoración comienza hace más de 3000 años, es decir, más de 10 mil.

En las montañas más altas, aún nevadas, se esconden monolitos, menhires, propios de los celtas, en los que a veces se narran historias, entre las cuales se ve a muchos hombres graficados haciendo varias cosas, y muy pocas mujeres, pero cuando aparecen mujeres, éstas son mucho más grandes que los hombres, casi el doble. ¿Por qué es esto?

Como nos había dicho el chamán buriata en Siberia, rondando el 10 mil antes de Cristo, era el Matriarcado la forma en que los humanos llevaban sus gobiernos.

La Mujer cumplía un rol fundamental, era dadora de vida, orden y prosperidad, la conexión más pura con el cielo en la tierra. Los mismos dioses la habían elegido para cumplir tal función, y ser la institutriz de los niños, pues era ella quien poseía la mayor sabiduría.

Sin dudas, las culturas de Medio Oriente, así como muchas en el mundo entero, habían nacido de una imagen femenina, de una historia con la mujer como reina, como guía… Isis, Anahit, Lilit, Miriam, Amaterasu, la Shamana, la Serpiente Anangu, Atenea, Hera, Afrodita, Kwan Ying, Tara… la imagen de muchas mujeres y deidades que han sido mujeres, nos cuentan que hace miles de años y en la mitología más ancestral de todas, la imagen femenina fue muy importante como conectora con la divinidad.

La Madre Tierra, la Madre Luna, hoy siguen estando presentes… pero otra clave nos llamó mucho la atención.

En el Desierto Australiano, existía la historia y la creencia de que el Sol no era padre, sino Madre: la Madre Sol y su hija Sol… hablando claramente de los dos soles que nos rigen. Y en Armenia, otra sorpresa, cuando Hovik nos cuenta que a pesar de que la imagen de los posteriores Dioses de Urartu, representado el Padre con un Toro y el Sol, y su hijo, con un León, el dios del Trueno y Tormenta… muchas historias paganas describen al Sol como La Madre… y si recordamos bien… Amaterasu, en Japón, era la Diosa del Sol.

Estaba claro que las muestras históricas marcaban un mandato de lo femenino… hasta el Gran Diluvio.

Tras el Gran Diluvio, pocas fueron las mujeres que siguieron representando a la totalidad.

El Sol había cambiado, y ese cambio se entendió como un cambio de poder. Ahora el Hombre sería quien rija sobre la Tierra.

Así los Dioses y hombres tomaron el mando.

El sol se volvió masculino, y los reinos igual. Un quiebre histórico es claro y visible en todas las culturas rondando los 10 mil años en la historia. Muchos llamados paganos siguieron honrando la imagen femenina, pero posteriormente, muchas culturas se encargaron de rebajar la imagen femenina hasta verla como un objeto que sólo se encarga de la procreación.

Tal fue esta visión nefasta de la feminidad en un momento, que se creyó en algunas culturas que tener sexo con mujeres sólo era útil cuando se quería reproducir y tener hijos, por eso en culturas como la Griega, entre varias otras, aunque hoy sea una historia oculta por deshonor de las tradiciones actuales, la homosexualidad era preferida en cuanto al amor sano y puro.

Los tiempos cambian, pero muchas cosas siguen igual. Desde aquel entonces, el sentido de la importancia de la mujer se perdió, pero su historia está resurgiendo poco a poco, pues está comenzando nuevamente la transformación del Sol.

Hovik nos dijo que no sabía nada de Isis, pero Anahit tenía mucho que contar.

Lo que nosotros recordamos

Cuando tuve mis primeros recuerdos, fue en una clase de historia, en la primaria, y muchos jeroglíficos y palabras se me vinieron a la cabeza. Durante los siguientes 4 años, muchas historias venían a mi memoria, y todas estaban entrelazadas con la lingüística y sus movimientos antes del 10 mil antes de Cristo.

Tras el Gran Diluvio de la Atlántida, hace 12 mil años, todo cambió sobre la faz de la Tierra. Hubo muchos exilios a las altas montañas y muchos murieron a orillas de los ríos.

Los sobrevivientes del Atlántico, ingresaron en el Mediterráneo buscando asilo político. Fueron echados de muchos países a su paso. El único que ofreció cobijo en el Mar, fue norte oriental del actual Egipto.

De entre ellos, Issa, una princesa de las Islas, fue la sacerdotisa y maestra del pueblo en todos los conocimientos que estaban perdiéndose en la historia. Ella fue adorada, pero también envidiada por su hermano Seth, quien adelantándose a los hechos, supo que el futuro hijo de ella y Osiris, provocaría su muerte antes de llegar al trono. Por esto, mató a Osiris y lo partió en tantas partes como provincias tenía el Nilo, escondiendo su pene, para que no fecundase a su mujer.

Isis fue exiliada del Nilo, hacia la Tierra de la trasmutación, un territorio llamado Jasha, que se le fue entregado como parte de su reino ancestral, por designio de los reyes colonizadores. Esta tierra se encontraba en los fértiles valles entre el Mar Muerto y el Mar de Galilea.

Allí, tuvo a su hijo, Horus. Él volvió al Nilo enfurecido, y dio fin al reino de Seth. Pero las sequías e invasiones de los nómadas provocaron que el pueblo de Issa debiera marchar exiliándose al norte. Allí decidieron comenzar de nuevo. Pero los hielos de la actual Rusia, eran aún muy fuertes, y no lograron cruzar el Cáucaso.

Por esta razón, su pueblo, permaneció oculto en las tierras de sus antiguos padres, las tierras del Sol: Armenia.

Por milenios sus castas viajaron por medio Oriente, y sus descendientes, volverían a reconectar sus tierras con el pueblo de la sabiduría: Egipto y Judea.

La historia de Issa, en su momento me dio pie a dar conexión con los pueblos Indoeuropeos, con la gente de Uruk, en Babilonia, con los pueblos refugiados de Ar, con la tierra prometida de Judea, y el legado femenino del Nilo proveniente del Atlántico.

El Ciclo

Todo lo que sucedía era un ciclo, incluso en la historia de los pueblos.

Entre Armenia, Persia, Asiria, fue donde los antiguos Anunaki se asentaron para dar lugar a sus modificaciones genéticas: del barro surgía el hombre por mano de los dioses.

De allí, el viaje comenzó hacia el Golfo Pérsico, y los hijos de uno de estos “dioses”, doce en concreto, fueron llevados por el Índico, rodeando África, hasta asentarse en las islas del Atlántico medio. Ellos formaron un gran país que dominó el mundo, pero en su decadencia, marcharon al Mediterráneo, y volvieron a sus raíces. Las tierras del Sol, donde se pone y sale el Sol según los antiguos, en los montes de Aratta. Refugiando el legado de las grandes mujeres, un gran exilio de animales y personas huyeron de guerras cívicas y naturales hasta los pies del monte de Dios. Las tierras de la Regeneración, en Sinaí y Judea, se volvieron los focos de mayor concentración de los pueblos exiliados, pero su único refugio fue el altiplano de Armenia, hasta que los hielos se derritieron, y pudieron migrar a Europa y Asia, lejos del caos que surgía en el desierto creciente.

Volvían a donde habían nacido.

Desde aquel entonces un camino por resguardar la historia femenina llevó a la migraciones de cientos de personas lejos de las tierras donde el hombre comenzaba a reinar.

El Ávalon de Armenia

En tiempos ancestrales del exilio atlante, los pueblos se separaron y volvieron a reunir una y otra vez. Sobre todo, una historia que une dos pueblos en nuestro camino, fue muy interesante.

Esa “nave” que fue depositada en el monte de la tierra de Aratta, la cual llevaba a Noé, su mujer, sus hijos y a tantos animales, fue un resurgir para la humanidad. Ellos tuvieron varios hijos, de los cuales algunos fueron conocidos en la historia. Pero lo interesante es la historia de Gomar, o Torgoma, uno de los nietos de Noé.

Desde las tierras armenias, él recorrió el mundo, y llevó el legado de su historia y origen hasta la más lejana Europa: la Europa celta.

Desde Armenia, su legado llegó a Irlanda, Francia, e incluso Norte de España.

¿Qué hacía esta persona en estas tierras?

Estudios actuales muestran que raíces de palabras celtas, incluso del euskera, en el país Vasco, son compartidas con la lengua Armenia.

Esto mostraba una relación entre estos pueblos por alguna razón.

Pensamos, que posiblemente, el hecho de que ambas sean tierras de una ancestral devoción femenina, haya sido la causa de esta comunión entre los pueblos.

Y es aquí donde otra vez nos cerraban las cosas… nuestro primer paso del Camino de Isis, fue Armenia. Armenia había sido también el origen de un paso de dos hombres que resguardaban el legado de Jesús, que vinieron de Israel, llevando sabiduría que Jesús había tomado de Egipto. Sabiduría traída por Isis, Issa, desde las islas del Atlántico, que fue resguardada por el último reino Femenino y Matriarcado, Ávalon, las tierras celtas.

Nuestro camino fue pisado ancestralmente por personas que buscaban en cierta forma lo mismo que nosotros: reconectar un poder antiguo entre tierras y pueblos importantes, guiados por la naciente imagen de la feminidad.

VIDEO TEMPLO DE GARNIK

El Árbol de la Vida

En la historia antigua del origen de la Humanidad, se habla de que en el centro del valle, Dios había puesto un Árbol Sagrado del cual los hombres no debían tomar su fruto.

El Árbol de la Vida, y Árbol del Conocimiento, tenían el fruto de la Sabiduría.

Uniendo las historias, los Anunaki, dioses de otro mundo, quienes depositaron su semilla en medio oriente, habían prohibido a los humanos reconocer las verdades del Universo, bajo pena de exilio de su protectorado. Si los humanos reconocían la verdad universal, se darían cuenta de la fuente de poder que son, y se revelarían en contra de los dioses.

Por eso, el fruto de este árbol se les fue prohibido.

Pero sus ramas, sus hojas y raíces, no eran físicas, sino que eran la forma más humana de comprender la ramificación de la verdad Universal, de los Registros de Información que nos conectan.

Hace miles de años, muchas culturas graficaron este árbol, un árbol que en sus raíces posee los mundos, y en sus extremos los frutos de la trinidad divina.

Con el tiempo y las religiones, esta verdadera tradición llevó a que los pueblos creyeran que este árbol era un árbol físico, que daba manzanas (palabra que en griego significa enseñar), y que la mujer tentó al hombre con comerla cuando estaba prohibido.

El pecado original es algo que las religiones más extremas y prohibitivas han tomado para mostrar que la mujer tienta al hombre a saber cosas que no se deben saber. Según la tradición, Jesús murió en la cruz para liberarnos de ese pecado que Eva y Adán habían cometido y que nos convertían a todos en pecadores. Desde ese momento, la Cruz se transformó en un símbolo del dolor y del recuerdo: “tú eres un pecador, y la cruz es lo que te liberó de serlo”.

Hoy, el mundo cristiano lleva una imagen de pena, dolor, sufrimiento, que todos comparten como única para recordar tal juicio que nosotros hemos cometido sobre Jesús, el cual tuvo que morir por nosotros. Historia que da mucho para hablar…

Sin embargo, hay un pueblo que mantiene una tradición mucho más antigua aún de pie, y que permanece firme ante los ojos de miles de personas.

El Jachkar es un símbolo armenio que a simple vista parece una Cruz, pero que si vemos más profundamente, tiene otra historia que contar.

Cada Hatch Kar es diferente del otro. Según la creencia, Dios nos hizo a su imagen y semejanza, pero sin embargo, todos sabemos que somos diferentes. Estas cruces talladas en piedra, muestran esa verdad: así como cada persona es diferente, cada hatch kar es diferente.

Hoy son cada vez más decorados, pues se cree que son las formas bonitas lo que los hace valer. Pero los primeros, los más viejos, todos poseen tres cintas que nacen como raíces de la parte inferior. Según nos dijo Hovik, muchos creen que es por decoración, pero en realidad, representan las órbitas de los tres planetas visibles a simple vista.

En cada extremo, un entrecruce similar al trisquel celta, muestra la trinidad y sus frutos, la Granada. En sí, es un símbolo de regeneración, de renacimiento, es por esto que nunca se encontrará una imagen de Jesús crucificado en ellos, pues representan la Vida y no la muerte.

VIDEO DE LOS JACHKAR

VIDEO UNYDOS

Es interesante su historia, pues al ser éste un país que ha adoptado tan prontamente el cristianismo, no tuvo otra opción que adaptarlo a las imágenes ancestrales y paganas de las cuales ha nacido su pueblo. El Jachkar, nos muestra el enraizamiento de la Vida, la concepción del Fruto de la Resurrección constante, de la trinidad plasmada en un árbol sagrado que nos ofrece su conocimiento.

El árbol crece con su fruto nuevamente bajo nuestros pies… bajo nuestro pies… y ahí recordamos.

Argentina y Chile representan el cuerpo de esa Gran Mujer en la Tierra. La isla del sur, Rio Grande, es el pie de la mujer… y en ese momento, allí, rodeados entre tantos hatch kars a orillas del lago Sevan, comprendimos algo que nos habían dicho días antes de salir de viaje para realizar el Camino Harwitum.

El mismo día en que comenzábamos nuestro camino, y dábamos el primer paso hacia un nuevo ciclo de conciencia, un nuevo resurgimiento, un grupo de personas se disponía a poner un Hatch Kar allí, en una isla que marca el límite de Chile y Argentina, en la planta del pie de la Gran Mujer.

Tal vez ellos no sabían realmente lo que significaba ese hecho que llevaban a cabo, pero ese día, en Armenia, nosotros pudimos entenderlo completamente.

Un árbol de la vida, estaba creciendo en nuestros pies, en los pies de toda América, un árbol que reconectaba la historia más ancestral de nuestro Camino de Isis, con la Gestadora de la nueva Tierra. El primer paso de Isis, ahora se conectaba con el último en un instante.

Con esta conciencia puesta firme en nosotros, conectamos en nuestro interior todo el Camino entregando la llave en el lago Sevan en nombre todos los caminantes de Isis en Harwitum.

Con esta Towei Lumbar dábamos inicio a un anclaje de las energías que ingresaban por Ormuz, hacia los primeros pasos de la energía del Corazón.

Comenzábamos a caminar sobre los pasos de Isis, de Miriam, de Lilit, de Magdalena, de Sant’ Iago, de los Caballeros Templarios, y humildemente, pondríamos la intención de reconectar sus caminos y comenzar a hacerlo visible, reconociendo y activando la historia en el Corazón, llevando la conciencia hasta el árbol que yace en los pies de la Gran Mujer.

VIDEO ENTREGA DE LLAVE

VIDEO ARMENIA CIERRE

El Camino de Isis ha comenzado...