Episodio XXI: Lago Toba - Sumatra - Indonesia

LA RE-CONFIGURACIÓN DE LOS PORTALES

Un sueño brusco lo despierta por la noche, solo recuerda lo fuerte que sonaba aquella palabra: “SUMATRA”. Fue así como Diego se despertó el primer día en Ciudad del Cabo. Sin saber que era Sumatra, comenzó a recordar el sueño cuando habló conmigo.

“Es una Isla de Indonesia, cerca de Bali, donde vamos, le conteste”. Entonces las imágenes comenzar a aparecer: un hombre debajo de Japón con un arco en la mano, cargado con una flecha, que al levantar el arco se disparaba y de fondo se escuchaba y se escribía en las paredes de su mundo onírico: SUMATRA. ¿Qué significaba esto?

Él sentía que en Camboya no debíamos estar, el lugar era Sumatra. Cuestión que me resonó mucho, puesto que desde pequeño observaba un lago que esta allí, precisamente en esa Isla.

Enseguida nos pusimos averiguar, y Gaby descubrió que se trataba del Lago Toba, la caldera, el cráter más grande del mundo. Y seguido de esto nos enteramos que aquel gran volcán cuando erupcionó casi extingue por completo la raza humana, solo unos miles sobrevivieron. Dicen que la tierra se oscureció varios días, al tapar sus cenizas al Sol.

Todo esto nos resonó aún más cuando, por mi afición a la geografía y lo que esta cuenta, observé que lo que contaba Diego tenía congruencia: ese hombre con el arco era Filipinas y si levantaba la flecha apuntando como lo haría un arquero, esa flecha caería en Sumatra.

Él decía también reconocer a Sagitario en la forma, se asemejaba demasiado. Entonces pensamos en la era de Sagitario, y le conté que en mis registros recuerdo que: es la época en la que comienza a plasmarse el Plan en el Pacífico y el Índico con las civilizaciones del agua. Y que tras las migraciones por el cambio climático, las gentes del Pacífico migraron hacia el índico cruzando a través de las islas de Indonesia. Al haber llegado lo más lejos de las islas, la leyenda decía que supieron que su momento final había llegado tras la erupción del gran volcán de las islas.

A esto Maga agrega, busquen en los trabajos de Hércules. Donde hay una gran similitud para nosotros con la historia: “En este trabajo, el maestro presenta a Hércules la tarea de ir al pantano de Estinfale donde moran unos pájaros que hacen estragos. Una vez descubiertos, Hércules los ha de hacer volar fuera de aquel lugar. Pero el maestro, antes de despedirse pronuncia unas enigmáticas palabras para que le ayuden a lograr su empresa: “La llama que brilla más allá de la mente revela la dirección segura”.

Hércules marcha y durante mucho tiempo busca hasta que llega al fétido pantano de Estinfale. En él una multitud de pájaros graznaban haciendo un ruido amenazador y disonante. Vistos más de cerca, estos pájaros eran grandes y feroces y tenían un pico de hierro afilado como una espada. Las garras y plumas eran tan fuertes que podían hacer pedazos a los que pasaban por allí.

Tres pájaros perciben la presencia de Hércules, se precipitan sobre él pero el héroe se defiende. Allí Hércules se para a reflexionar sobre la forma de liberar el lugar de estas aves de rapiña.

Pensó en trampas y en flechas, hasta que logró idear un buen método. Hércules poseía dos címbalos que producían un sonido ensordecedor e intolerable. Con ellos golpea bruscamente una y otra vez en el pantano haciendo un ruido tan disonante que los pájaros huyen de allí a toda prisa para nunca regresar.

Así el silencio inunda el pantano y el sol luce de nuevo en esas tierras. Así es como concluye esta novena prueba de Hércules.”

Lo que sentimos que nos deja esta historia es: el consejo que se le da a Hércules para poder reconocer la dirección de su camino, y cómo el ruido de las aves nos representa la erupción de ese volcán el cual trajo una larga noche, que tras Hércules encontrar en el sonido la solución, vuelve a traer la luz del Sol (se mueven las nubes de la erupción).

Toba es considerado un eslabón que generó un Giro en la historia de la Humanidad. Es importante que todos juntos podamos recuperar la conciencia de lo que esta tierra nos ofrece, y mover la sintonía para volver a provocar un nuevo Giro de la Evolución.

La llegada

Nuestra llegada a la isla de Sumatra fue traumatizante. Veníamos de una isla completamente armónica y pacífica, donde la energía circulaba acariciándonos con honra y gratitud, y aterrizar en Medan, fue como chocarnos nuevamente con la realidad.

El nombre de Sumatra, fue puesto por Marco Polo, el cual en realidad la llamó Suma Terra: es decir, la Tierra Suprema o Más Grande. Esta isla representa el afloramiento de la Humanidad, aunque en ese momento, percibimos que esa esencia estaba muy perdida en el tiempo.

El resto de las islas occidentales de Indonesia, se reparten entre las culturas católica y musulmana, lo cual genera un ambiente muy diferente a la cultura hinduista y budista de Bali.

Los ruidos, el calor, la textura del ambiente, nos llevaron a reconectarnos con los procesos de 3D.

Allí nos esperaba nuestro guía, el cual tenía un inglés de primaria, y con el cual fue muy complicado comunicarnos, pero era muy buen conductor. Él nos llevó a una travesía por ciudades muy maltrechas, totalmente opuestas a la energía de Bali, con destino a Parapat, en las costas del lago Toba, un recorrido que nos tomaría entre 4 y 5 horas en realizar sin paradas.

En forma de chiste dijimos que bajamos del Paraíso al Purgatorio, y esto tenía su fundamento. Todo el camino fue extrañamente denso, y lo más llamativo, fue la cantidad de cementerios que cruzamos en el camino junto a la ruta. Había 10 casas a la orilla, y un cementerio intercalado. Esa imagen nos habló de la energía de la isla.

Luego nos enteraríamos que la cultura de Sumatra tiene dos fiestas como las más importantes y felices: la Boda y el Velorio. Ambas, la unión y la trasmutación, son celebradas de la misma forma… es más, muchas veces nos confundíamos en el camino las bodas con los funerales…

Samosir

Llegar en ferry a la isla fue increíble… transitar por el cráter más grande de la Tierra, el cual dejó en penumbras al mundo durante medio mes, casi extinguiendo a parte de la Humanidad, era abrumadoramente emocionante.

Ese día hubo un terremoto en la parte sur de Sumatra, el cual no sentimos en Toba.

El día 21 fue extraño, pues al llegar nos esteramos de que muchas cosas habían pasado. El día 21 por la mañana había desaparecido el Blog de internet, Facebook no funcionaba y nadie podía comentar, los correos no se entendían, y empezaron a tambalear los destinos a los que nos dirigíamos por falta de fondos… todo esto en una sola mañana…

Maga confirmó: “uy… estamos en Mercurio Retrógrado, hasta principios de Abril!”

Para quien no sabe de astrología, este aspecto implica que todas las comunicaciones no funcionan, que todo lo que quiera explicarse no se entiende, que toda actividad a realizar no llega realmente en su significado.

Diego pudo recuperar el Blog y Facebook, pero en ambos había un desastre, gente discutiendo, denuncias, trabas, todo era muy ilógico… por eso mismo, decidimos que ese era un día que la naturaleza nos estaba proponiendo para actuar en silencio.

El silencio fue la clave del 21 de Marzo: recibir con calma, serenidad escuchando a nuestro alrededor las verdades internas.

Todo se había revuelto en el Sacro, y era necesario el silencio para reincorporar la cordura, y encontrar el centro otra vez.

Todo el día nos mantuvo en una extraña sintonía. Al atardecer intenté conectarme con todos, todas aquellas personas que estaban meditando con nosotros en el mundo. Me metí en las aguas del Lago Toba y me conecté con la espiral de vibración que hay en sus aguas, conectándome con quienes estaban en sintonía a nosotros ese día.

Estando en el agua comprendí que este día cerraba un ciclo y comenzaba otro, y en mi cabeza resonaba: un Nuevo Sol.

Estábamos a un paso de ingresar en el Plexo Solar del planeta, pero no podíamos ingresar así nomás… teníamos primero que reconocernos y luego activarnos antes de ser en nosotros.

Supe ahí que la llave de Towei Lumbar no sería entregada al Atardecer como hasta ahora, sino que aquí comenzaba otro ciclo, el del Amanecer.

Los sueños que se hacen ver...

Maga nos comentó ese día unos sueños que tuvo, en que le mostraban que Samosir estaba sostenida por varas azules con una borda blanca, y veía cómo Toba estaba relacionado estrechamente con el Lago Baikal de Rusia, diciéndole: “Sumérjanse en las aguas de Siberia”. El hacer esto, nos relacionaría directamente con las aguas de la Antártida. Si nos sumergíamos en su vibración podíamos conectarnos con un enlace de nueva frecuencia de evolución. Era como si lo que se hiciese allí, activaría inminentemente algo en Baikal. Además, la mujer que presidía el hotel donde estábamos, era coincidentemente rusa, la única que encontramos a la vista.

También le preguntaron en su sueño: ¿Querías ver el Plan? Y ahí se eleva, y nos puede ver a los 4 caminando, haciendo un movimiento espiralado en forma de ADN.

El mensaje de Uluru se estaba haciendo real, los sueños nos comenzarían a dar las pistas…

Estuvimos a punto de decidir que Japón y Taiwan debían salirse del recorrido yendo directamente a Rusia… pero mágicamente se nos informó desde la Agencia en Barcelona, que había habido muy buena colaboración por parte de mucha gente en esos días, que habíamos logrado cubrir el camino por 3 países hasta Nepal! Esto nos movilizó y demostró que se podía seguir adelante.

Por algún motivo, no podíamos dejar de ir a Japón, pero sí sabíamos que una fuerza unía Siberia con Sumatra.

Al día siguiente temprano, a las 6 y media de la mañana, los 4 emprendimos camino hacia el lago portando la Sexta Llave.

Rentamos dos kayaks y solos nos fuimos al amanecer hasta adentrarnos más al lago, que se presentaba tibio y sereno.

Nos conectamos con todos, y empezamos a cantar al lago y a la llave para que estén unidos. De repente, empecé a girar mis brazos, elevando una extraña espiral. Los rayos suaves del sol nos iluminaban, y Diego, con ojos cerrados, hacía girar en círculos la balsa. Ambos nos dimos cuenta al abrir los ojos que hacíamos el mismo movimiento sin pensarlo, generando esta corriente. La llave fue entregada, y nos quedamos un buen rato meditando, simplemente dejándonos llevar por las suaves olas.

Ese día nos esperaba con grandes sorpresas. Este día fue un aprendizaje que portamos desde Uluru: “dejen que el tiempo los lleve, y no lleven ustedes el tiempo…”

VIDEO CAMINO A LA ENTREGA DE LA LLAVE

Las Historias y sus Leyendas

Sin ningún objetivo claro, nos fuimos con nuestro guía-chofer a dar la vuelta a la isla. Nuestra intención era visitar el volcán de Pusuk Buhit, donde según la cultura ancestral de la isla, los Batak, había descendido sobrenaturalmente el primero de sus hombres, el Rey de los Batak. 

Desde este volcán podía observarse toda la isla de Samosir, y creímos que sería importante conectarnos con su energía.

De camino, nos detuvimos para visitar el museo Batak de Simanindo, un pueblo donde se erradicaban gran parte de los aborígenes, y donde Gaby, esa misma mañana, había averiguado sobre un extraño árbol genealógico que estaba allí.

Al llegar, justo comenzaba una danza ancestral de la tribu, y como estaba incluida en el boleto, fuimos a presenciarla.

Los bailarines salieron de las casas típicas de la isla: unas chozas altas con techos extraños, más parecidos a un barco que a un techo, semejando ser a dos aguas, con decorados muy significativos en su frente y balcones donde se sentaban los músicos. Los colores rojos, marrones y blancos adornaban con orladas formas sus maderas, y el frente, en lo más alto, un enorme sol blanco que parecía bendecir el hogar.

Los Batak tienen un saludo muy particular… ellos gritan: ¡HORAS! Para dar la bienvenida y gratificación. La danza se basaba en cantar al unísono esta palabra.

Los bailarines salieron, y su vestimenta nos recordó algo… el Antiguo Egipto. Unas telas semejantes a las que llevan los sacerdotes católicos colgando de sus hombros, moradas, pero para ellos, de color bordó, con gorros de estilo Papal, o de sacerdote egipcio, un cono abierto en punta, con túnicas coloridas, bailando con movimientos de suaves serpientes, circulares en sus muñecas, en su torso, con un constante pasito vibrante, y movimientos de olas en sus manos, conectando la energía del cielo con la tierra. El resto, mientras unos danzaban así, se movían constantemente con las manos en forma de plegaria, pero sus dedos separados, moviéndose también. La música era impresionante… Al sonar, nos movilizó el interior… esa música nos remitía a las orillas del Nilo, con sonidos de flautas y tambores egipcias.

Diego se animó bailar con ellos y conectarse con la energía que movían sus danzas.

VIDEO DEL BAILE

Gaby había averiguado cosas interesantes.

Según la historia, los Egipcios sí habían tenido relación con Indonesia mucho antes de Cristo. Los egipcios navegaron a la India, y se relacionaron con las gentes de Sumatra, llegando hasta Australia. Esta historia no es contada por la historia oficial, pero a simple vista podíamos observarlo.

Los que descubrieron el simple eslabón de conexión entre el Nilo y Sumatra, dijeron que fue por las especias que los egipcios compraban a los indonesios, pero no era suficiente para nosotros.

Era indudable que los Batak habían adoptado la cultura Egipcia:

Veíamos sus casas, con esos techos en forma de barca egipcia, incluso en el museo, una barca batak, idéntica a las que transitaban el río Nilo. Sus decorados se entremezclaban. Pero no era todo. Las tumbas tenían una importancia crucial en la cultura. Cada casa tenía a su lado un enorme panteón, y la mayoría, eran iguales que sus casas, las mismos techos y puertas. “La vida después de la muerte”. Como los egipcios, la cultura batak construían el vehículo de sus muertos igual que sus casas, incluso poniendo balsas a sus lados, para que puedan tener lo mismo más allá del sol.

La casa como la barca sagrada que nos transporta a la divinidad tras cruzar el mar de la muerte. La muerte era vista allí como una gran fiesta.

¡Horas! ¡Horas! ¡Horas!

Un detalle fundamental. El sol, el dios, Horas. Para ellos, fue muy importante la adaptación del dios egipcio Horus. Que dicho en egipcio, suena a Horas. Los batak adoraban la imagen del sol como padre, como creador, y los egipcios trasmitieron esta imagen a través de la idea de Horus, lo que fue fácilmente adaptado por los Batak.

Esto pasó también con el Cristianismo. Indonesia es un país plurireligioso, sobre todo el islam es la religión de muchas personas en las islas del oeste. Sumatra está llena de mezquitas, pero no obstante ello, en la región del lago Toba, sólo fue aceptado el Cristianismo. Los batak se negaron a dejar de comer cerdo, ley impuesta por las otras religiones, ya que es su comida primordial, y se negaban a seguir a un profeta. Sin embargo, vieron en la imagen de Jesús, al dios Horus: nacido del dios padre, sol, con el emblema de la Cruz (equinoccios y solsticios). Muchas culturas del mundo aceptaron rápidamente el Cristianismo por esta razón: pues el movimiento cristiano está basado en la mezcla de la mayoría de los mitos ancestrales, “paganos” llamados posteriormente por ellos mismos, y que permiten que su religión sea flexible a la interpretación de las culturas antiguas sobre un Dios Sol que posee una cruz y que vino al mundo desde el cielo por una madre santa.

Al visitar el museo, nos encontramos con aquel dibujo fascinante: el árbol genealógico Batak.

Estaba precedido en su centro por una Casa Batak, la barca del interior del ser, como un corazón. Arriba, la isla de Samosir, centro de su poder y origen, y sobre éste, un mapa del océano Índico donde en el medio, se erige un obelisco con una pirámide en la punta.
Claramente todos sabíamos de lo que ese mapa hablaba. Era como una guía de su evolución: desde la Pirámide en el índico, hacia la isla Samosir, para construir la Casa.

Aki-Aki, un sol, que representaba la maternidad del Universo, a un lado, enfrentada a otros diferentes soles. El árbol era muy complicado, pero explicaba el calendario y la historia de los Batak.

Enfrente, había otro, más colorido, en el cual me asombré al poder leer prácticamente muchas de sus grafías! Parecía un Sayónico muy básico, con muy pocas sílabas gráficas, pero que me demostraba una clara conexión con un muy remoto pasado, más que el Egipto conocido, otras cuestiones habían llevado a las gentes del Nilo a Indonesia, mucho antes que necesitar especias…

En el Museo, había también algo muy interesante: dos varas ceremoniales que nos hablaron más de su relación con el Nilo.

La primera, era un hombre con rasgos muy arábigos, de turbante, bigote y una larga cara, envuelto en una larga serpiente…

La segunda, estaba completamente tallada, en una caña de color claro, y narraba historias, calendarios… pero nos llamó la atención algo fundamental: en un sector, había dibujado un extraño escorpión. Eso me hizo recordar a la Era de Escorpio, momento en que se dieron las civilizaciones Lemurianas, que transitaron por Indonesia. Tal vez, marcados como un principio de su historia, teniendo en cuenta que el volcán de Toba fue el que hizo que éstos desaparecieran.

Y algo muy llamativo fue también encontrar 7 soles en línea recta, y debajo de los mismos, un extraño dibujo humanoide, pero que para nosotros fue muy claro: los Hathor. Ese grupo proveniente de las estrellas, trajeron la herramienta del sonido a los humanos, sonidos que nos elevan en frecuencia hasta los más alto… tal vez, la “séptima dimensión”. ¿Qué hacían allí los Hathor? Posiblemente una de las cosas que tendríamos que seguir desentrañando en nuestro camino.

¿Alpha Draconis o Kundalini?

Gaby también encontró algo que siguió atando cabos en nuestro camino: las Serpientes que vienen del Cielo.

En Waterval Boven, África, reconocimos por Michael Tellinger, que desde tiempos inmemoriales los humanos hablaban de las serpientes del cielo. Allí, él los llama Anunaki, como los antiguos Persas de Uruk, hombres con apariencia de serpientes en muchos casos (aunque según la percepción de mis recuerdos difiero en que Reptilianos y Anunaki eran la misma razas) de todas formas en África su presencia en la cultura y en sus miedos ancestrales no deja de ser evidente. 

En Australia, la Serpiente que vino del cielo, la Madre Serpiente, Kuniya (la mujer Pitón) que llegó a cuidar a sus huevos a Uluru, también fue una clave, ya que por más que ellos hayan sido prácticamente puros en la Tierra alejados de todos los conflictos interraciales con “extraterrestres”, también reconocen a estas serpientes llegando al mundo, y convirtiéndolos a ellos en los Hombres Serpientes (Sabios), separados de los otros hombres serpientes, los Liru, los cuales eran malos para los humanos.

Ahora, en Sumatra, otro eslabón nos llama la atención.

Los Batak, llaman al Lago Toba por el nombre de Danau, y su historia cuenta que una Serpiente Madre, a la que llaman Siboru Naga, bajó del cielo y en su caída creó a Danau, el Toba.

Podemos pensar que la corriente de Kundalini por la tierra, esa serpiente de luz que se mueve junto al magnetismo planetario y los cambios solares, sea la Serpiente Dragón de la que las culturas índicas y Asiáticas hablan, aunque en América y Europa, muchos mitos de Serpientes se relacionan directamente con la misma historia de todas las tribus. ¿Es esta la energía del mundo que nos mueve? ¿O la historia de los pueblos nos cuenta algo mucho más increíble y tal vez obvio?

La historia de los Draconianos está claramente relacionada con los Humanos más antiguos, y eso era algo que parecía presentarnos el Camino para comprender, hablar y desentrañar, ya no como una teoría de Conspiración, sino como parte del reconocimiento de la riqueza y fascinación de nuestra Historia Humana.

¿A dónde nos llevaba el reconocer esta Historia?

En el Volcán del Sol

Cuando llegamos al volcán, caminamos por una ladera y bosque de montaña, hasta rodearnos de árboles. Algo nos llamaba hasta lo más lejos de esta colina, y al llegar supimos qué era.

Había unos cuantos árboles quemados y caídos por un rayo que no hacía mucho había azotado la colina. Los rayos traen consigo mucha información, y en el carbón de esa madera, podíamos obtener registros que nos ayudasen a comprender aún más eslabones de este extraño Camino.

Allí meditamos conectándonos con la energía del lugar, y a Diego se le fue contada una larga historia que nos hizo comprender más aún sobre el por qué de nuestra presencia allí, y de las cosas que estábamos descubriendo.

La pregunta sería… ¿Qué debemos hacer con esto?

Lo que se le fue dicho a Diego

Muy parecido a este

Cuando pudimos bajar y sentarnos frente a aquel volcán que para los Batak era la fuente de la conexión con las estrellas, apenas al sentarme y cerrar los ojos apareció ante mi una extraña barca, una barca de tipo egipcia en donde dos remadores venían delante y dos atrás.

Entre la bruma pude comenzar a divisar que en el medio de ese pequeño pero largo bote, venían dos Reyes. Algo me sorprendió, eran como humanos, se parecían a los indonesios físicamente, pero tenían una piel mucho más gruesa y arrugada. Pregunte a unos de los maestros que me acompañaba, Artus, quién me ha ayudado a entender mucho de lo que me ha tocado vivir, si eran reptilianos o draconianos, me contesto que no… Me dijo: “aún de más lejos vienen”, entonces veo una gran y hermosa galaxia, sabía que se trataba de Andrómeda.

 Me hablaron que la gente de estas tierras tienen en su ADN parte de esta Galaxia, por eso poseían esos rasgos, entre otros cruces que tuvieron de Oriente y Lemuria. Pregunté cómo se llamaban y sólo vi dos nombres, de lo que parecen ser dos razas: Centurianos y Aracnianos.

Comenzaron a contarme por que estos seres de Andrómeda estaban allí… decían que el lugar era un sitio de reunión, en donde la Confederación Galáctica había llamado a esclarecer uno de los temas que a la Tierra en el futuro le traería mas que una experiencia.

Relataban el por qué de la visita de los egipcios a la zona, esto comenzaba a hacer que unamos piezas del rompecabezas de la historia de la humanidad. La Gran Reunión tenía un Gran Tema que tratar…

Comenzaba una noche galáctica más y no todos los representantes de las grandes civilizaciones que mantenían la sabiduría en la tierra habían respondido a este llamado.

El tema a tratar: el paso de los seres de Alpha Draconis a la Tierra sin ningún permiso de la Confederación, las alianzas que estos estaban haciendo con grupos humanos y los intereses que traían, era algo que parecía preocupar a muchos.

Habían pasado por los portales que nos conectaban con Andrómeda, luego de haber querido entrar en conquista a esta Galaxia y no haber podido lograrlo. Ya conociendo gran parte de estos portales, pudieron por detrás del telón llegar a la Tierra.

Los representantes de Andrómeda, que habitaban estás tierras, decían en aquél debate no tener nada que ver con la entrada de los Draconianos a nuestro Planeta. Es más, habían librado batallas para que éstos no accedan a sus sistemas planetarios.

Pero algo había salido mal, porque pudieron acceder por sus “caminos” a la Tierra.

Estatua en D.F. México

Estaban en aquella reunión debatiendo humanos que venían desde el doblemente Antiguo Egipto, de Australia, de Antártida y de Asia; Seres de Comandos de La Confederación y los Andromedanos, sobre los cuáles todas las miradas convergían.

Había lugares vacíos, puesto que África y Centro América ya estaban conectados con Alpha Draconis.

La Gran cuestión era que esos portales habían sido utilizados por estos seres y ya nada se podía hacer, más que comenzar a organizarse y acordar el procedimiento a seguir. Cerrar los portales no bastaba, había que ir tras ellos, pero no estaban solos… grupos de humanos los apoyaban y el anochecer galáctico comenzaba.

Solo un grupo de hombres podían “cazarlos”… Comienzo a ver una especie de Castillo entre la bruma… era algo muy antiguo, que sonó como Ávalon. Estos hombres eran los únicos preparados y con la fuerza necesaria para enfrentar a los “infiltrados”. Caballeros se los llamaba, y tenían en sus escudos al Dragón que se comería al otro Dragón, fagocitando.

La Confederación no podía tomar partido en el accionar en el Planeta, pues la Tierra debe regularse así misma y si se enfrentaban a Alpha Draconis también se enfrentaban a los humanos que los acompañaban. Solo hombres, humanos, podían comenzar la “caza”. Fue así como estos Caballeros se repartieron por el Mundo, llevando su legado hasta la actualidad.

Los Arcturianos en base a decretos de la Confederación, comenzaron a colocar cristales que reconfiguraban los portales y actuaban como filtros por la frecuencia energética que portaban.

La Confederación comenzó también una caza de estos seres pero sin levantar mucho polvo, aunque hubo humanos testigos de esto y lo han escrito y hasta tallado en sus estatuillas (seres con formas no muy humanas), en Centro América lo verán me dijeron.

Era un momento en donde la Tierra se sumergía en las brumas del olvido… La noche galáctica comenzaba… y la dirección de nuestro Mundo comenzaba un periodo INCIERTO…

Lo que me dijeron a mí

Mientras a Diego le hablaban del tratado de esta Tierra, como portal interdimensional, a mí me hablaban también de otra parte de las mismas.

Me dijeron que para conectarme con la historia debía tomar un árbol y conectarlo con mi tercer ojo… Justo a mi lado, había un pino de 5 cm que se había caído del mismo árbol quemado. Tomé un carbón, y me coloqué el pinito en la frente.

Allí, la naturaleza me conectó con los niveles telúricos de los registros del Volcán y pude observar una historia.

Me dijeron que para los hombres y mujeres de las estrellas, este lugar era un antiguo Portal Interdimensional que unía el Sol Madre con el Sol Padre.

Las leyendas contaban hace miles de años, que cuando los padres y hermanos celestiales bajaron de las estrellas, muchos portales se abrieron en nuestro mundo, y muchos seres ingresaban y sacaban energías de él. El planeta mismo comenzó a regularse, pues tanta energía podía dañar su superficie. El centro de la regeneración de la energía planetaria, era la tierra que hoy conocemos como Indonesia, y muchos se dirigían allí a obtener esta información, pero cuando el planeta necesita regularse, es en este sector donde se reacomoda.

Cuando los portales estaban todos abiertos, y cualquier energía podía entrar y salir del mundo a través de los canales estelares, el mundo debió canalizar toda esa energía para regular la vibración y protegerse a sí mismo.

Los humanos soñaron con este hecho y lo anunciaron a los seres provenientes de las estrellas. Fue así que todos supieron que su momento sobre la superficie se estaba por acabar.

Se debatió el cerrar las puertas intergalácticas, pero el flujo planetario se reacomodó. La energía de la Tierra se trasmutó en las islas indonesias llevando al afloramiento del Sol Madre, el Sol interno del planeta, a irradiar conectando su luz con el Sol Padre (la gran erupción). Esto generó una gran cantidad de energía que provino de Sumatra, provocando la explosión del Toba. El fuego y las cenizas terminaron con el mundo de los portales, y durante un mes, las penumbras bloquearon la frecuencia de la Tierra. El sol madre cubrió el cielo para reunirse con el sol padre, y cerrar las puertas a los hombres del cielo.

Desde ese momento, los pueblos humanos esperaron ver resurgir el nuevo sol.

Me dijeron que la energía de Australia impulsa la gestación que obtiene su forma en la renovación constante de Indonesia, y que estas tierras eran la Escalera para la reconexión del Ser. El paso directo entre Uluru y Tibet, el paso obligado de la energía que regula el Mundo.

Dijo que sólo podíamos trascender esa regulación milenaria en nuestro interior si observásemos correctamente en nuestro cerebro. Me dijeron que observe… y al abrir los ojos, frente a mí había una muy pequeña piña… la pineal.

Tras la Gran Catástrofe, los pueblos comprendieron la importancia de esas tierras, y las usaron siempre como impulso de la renovación. Sabían que en la región, se darían los tratados multidimensionales que dan giros a la Humanidad. Cuando Diego me contó lo que le habían comunicado a él, complementamos nuestra información, y fue increíble reconocer una parte más de nuestra historia oculta.

Honramos al volcán, y retomamos camino al hotel.

La historia de las islas de Indonesia son un gran misterio del cual poco a poco se nos irá revelando para comprender la importancia de lo que éstas nos ofrecen al mundo entero.

Los mensajes que fuimos recibiendo sobre este sitio como un cruce de civilizaciones que buscaban tratados para regular los portales de la Tierra, siendo ésta la geografía que nos forma, que nos trasmuta, que nos ha guiado en un nuevo ciclo de la Humanidad, fueron armando un camino hacia la conexión del mundo desde su más lejana historia, así como sus aguas y corrientes de la Tierra.

Nuestro paso por las islas, nos ayudaron a tomar la energía de esa historia, reconociendo que las aguas de Antártida, Toba y Baikal mantienen una natural conexión que se relaciona con la modificación de nuestro ADN, siendo portales de la energía interestelar que nos ha moldeado como especie, guiando los pasos de leyendas e historias de nuestra evolución que hoy parecen absurdas, pero que poco a poco toman claridad para comprender dónde nos ubicamos con estas verdades para reconstruir el futuro.

Mientras Sumatra se mueva, la Tierra se seguirá regenerando y cuidándose a sí misma, mientras Indonesia mueva sus flujos de energía, la Humanidad tendrá la oportunidad de seguir evolucionando, como hasta ahora lo ha hecho.

Pero antes de llegar a la reconexión de esas aguas y la unión de nuestros campos con Tibet y Baikal, el Camino nos debía mostrar la importancia que el Dragón de Fuego tenía en nuestra historia y en nuestro interior. Escuché entre todas las historias que nos contaron: “el paso de las Aguas de Oceanía les dará el impulso para reconocerse como individuos en la gran personalidad de la Humanidad que fluye del Tibet, pero no pueden ingresar a tal potencia, sin hacer ascender el Dragón de Fuego en su interior, el cual activará el Ser que los hace divinos”…

Es por esto, que el siguiente paso, nos dirige hacia el Gran Dragón de la Tierra: Japón.

¡HORAS!